La investigación académica en tiempos de COVID-19
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La investigación académica en tiempos de COVID-19
Cinco académicos del ITESO comparten sus experiencias de cómo han cambiado su labores como investigadores, qué es lo que se ha perdido, ganado y aprendido en estos últimos meses de aislamiento social
Por Yoana Rodríguez
Para muchas personas la vida tiene un antes y un después de la pandemia que ha paralizado al mundo. Nuestra comunidad universitaria no ha sido excepción, y por ello entrevistamos a cinco investigadoras e investigadores del ITESO para conocer cómo han resuelto las limitantes que la contingencia ha impuesto a su labor.
Los doctores Elsie Araujo Palomo, Marinés de la Peña Domene, Edgar Mendivil Rangel, Alejandra Navarro Smith y David Vargas del Río, todos miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), relatan la nueva realidad de sus trabajos, cuyas tareas implican actividades fuera de un horario de oficina, trabajo en campo, pruebas en laboratorios y que, en ocasiones, también depende de la colaboración con otros para llevarse a cabo.
Tiempos de adaptación
Sin duda, para la mayoría de las y los académicos este tiempo de confinamiento ha sido un retraso significativo en sus trabajos de investigación. Tiempo que también les ha dado la posibilidad de aprovechar habilidades y conocimientos que no se tenían considerados antes de la contingencia y que han permitido pulir, perfeccionar o adecuar sus proyectos.
"Ha sido una locura para todos. Nos vimos en la obligación de adaptar muchas de las actividades que teníamos previstas y profundizar en aquellas que sí podemos hacer desde nuestros hogares", comparte David Vargas del Río, investigador del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano.
Su proyecto de investigación, "Modelación hidrogeológica y ambiental de una microcuenca en la Zona Metropolitana de Guadalajara", se vio detenido en una etapa de construcción de pluviómetros que requerían la compra de materiales importados, y que ante las fronteras cerradas y el aumento en el precio del dólar no se han hecho.
"Este tiempo nos obligó a repensar las soluciones y desarrollar tecnologías más asequibles", David Vargas, investigador del DHDU.
De acuerdo al doctor en Ciencias del Mar, la contingencia ha retrasado un año su proyecto pues éste proponía recabar muestras de las primeras lluvias, y que en la condiciones actuales no podrán hacerse.
"Sin embargo, el retraso también permite reflexionar más las cosas. El hecho de que se nos aumentaran los costos nos ha obligado a buscar soluciones más asequibles, nos obligó a repensar las soluciones y eso ha significado desarrollar tecnologías más accesibles y adaptadas a la realidad de países como México", considera el académico.
Para el proyecto de Elsie Araujo Palomo, "Fabricación de biosensores nanoestructurados no invasivos para el monitoreo periódico de glucosa para la detección oportuna de diabetes mellitus", este tiempo fuera del campus también la ha llevado a enriquecer el marco teórico, profundizar en el estado del arte y afinar el objetivo de su trabajo.
"Lo cierto es que el 80 por ciento de la investigación se basa en el trabajo de laboratorio, que además es muy especializado y no te permite hacer en casa. Pero aunque los experimentos se detengan la investigación no se para. Lo que he hecho ha sido avanzar en la parte teórica, diseño del proyecto, descartar experimentos que no han dado resultado e incluso he buscado cómo adaptar este sistema a la problemática actual pensando que estos biosensores puedan detectar virus como el COVID-19", comparte la científica del Departamento de Matemáticas y Física (MAF).
"He buscado adaptar este sistema a la problemática actual, pensando en biosensores que detecten virus como el COVID-19", doctora Elsie Araujo Palomo.
Una situación similar le sucedió a Edgar Mendivil Rangel, a cargo del proyecto de intervención nutrigenética para disminuir los lípidos en sangre en pacientes adultos con obesidad, el cual quedó imposibilitado de acceder a laboratorios y clínica de nutrición.
"Lo que pactamos fue hacer revisiones de literatura. Al inicio pensábamos hacer una búsqueda bibliográfica simple, pero ahora nos dedicamos a hacer una revisión sistemática de mayor profundidad, utilizando protocolos para seleccionar los artículos y que pensamos publicar", apunta Mendivil Rangel, miembro del Departamento de Psicología, Educación y Salud.
"Es un producto que no teníamos planeado pero que nos permite seguir avanzando. A su vez, este cambio le va a dar mucha mayor validez a nuestra intervención al estar más sustentada, justificada y fuerte", concluye el doctor en Ciencias en Biología Molecular en Medicina.
"Al inicio trabajábamos más, ahora el equipo se ha hecho más eficiente y seguimos avanzando aun en la distincia", Edgar Mendivil Rangel del DPES.
La profesora e investigadora del Departamento de Estudios Socioculturales, Alejandra Navarro Smith, tuvo que cambiar las preguntas y consideraciones de su investigación "Caracterización de la vulnerabilidad en pueblos y comunidades indígenas: caso de estudio con pescadores cucapá en Baja California", además, de posponer dos viajes durante Semana Santa y una estancia en verano con las familias de pescadores cucapá que viven dispersas en la región del delta del río Colorado.
"La emergencia sanitaria no sólo me ha impedido realizar el trabajo de campo que tenía proyectado, sino que se ha agregado a los factores de vulnerabilidad social que afectan el bienestar de las familias de pescadores cucapá con los que he trabajado ya por más de 10 años. Esta crisis sanitaria ha incidido de manera muy clara en los temas que conversamos por teléfono, ahora que no nos podremos encontrar", sostiene Navarro Smith.
La doctora en Antropología Social explica que la contingencia la ha obligado a introducir en sus conversaciones preguntas para poder entender cómo le están haciendo las familias para generar ingresos cuando no los están llamando a trabajar, "pero sobre todo, la emergencia sanitaria me presenta el reto para buscar formas de conversar sobre lo que sería mejor manera para cuidarse cuando, como en el caso de todas las personas con las que trabajo en este proyecto, viven al día y por lo tanto no se pueden quedar en casa", reflexiona la académica.
Aliados con la tecnología
Una de las respuestas en común entre los investigadores es la facilidad que las plataformas online les han permitido para mantener la comunicación con el resto de sus equipos de trabajo, alumnos y colegas de la institución. Herramientas como MS Teams, Canvas, Zoom y Webex han sido los espacios de comunicación oficiales para la continuación del trabajo en equipos multidisciplinarios y con colaboradores fuera del estado y del país.
Para algunos estas herramientas ya eran familiares, como el caso de Marinés de la Peña Domene, académica del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social (CIFOVIS), quien actualmente desarrolla tres proyectos de investigación. Uno de ellos, en torno a la restauración ecológica en selvas estacionales a nivel mundial, proyecto en colaboración con el Instituto de Ecología de la UNAM e investigadores en Hawái y California.
Las plataformas Teams, Canvas, Zoom y Webex han sido los espacios de comunicación oficiales.
"Para este equipo el reto siempre ha sido la comunicación y, por fortuna, no ha sido diferente en tiempos de pandemia. De alguna manera nos preparó para lo que se venía aunque sí ha limitado la posibilidad de viajar y tener contacto directo", comparte la ecóloga. Además, en su rol como docente ha encontrado positivo la posibilidad de contactar a investigadores de otras partes de México e invitarlos a dar una clase a sus alumnos desde la apertura a lo virtual.
También para la académica Navarro Smith, y su proyecto con pescadores cucapá, la comunicación virtual ha permitido estrechar relaciones con otros investigadores que trabajan temas similares al suyo y conocer la manera en la que ellos resuelven la situación.
Alejandra Navarro Smith del DESO desarrolla una investigación con pescadores cucapá al norte de México.
"En estos ya tres meses de confinamiento, y con el afán de entender qué es lo que está sucediendo en otras regiones donde viven los pueblos y comunidades indígenas, entré en contacto con otros colegas antropólogos. Unos se están preguntando sobre la viabilidad de seguir realizando trabajo de campo durante la contingencia COVID-19. Otros han sido contratados por las autoridades de salud de sus países para llevar la información y generar conciencia sobre las únicas maneras para mantenerse sanos frente al COVID-19", detalla la académica.
Los desafíos de la vida personal
Los investigadores entrevistados señalan que a la par de los retos laborales cotidianos, las condiciones anímicas se han visto confrontadas y las facetas personales y familiares han cobrado importancia al coexistir en un mismo espacio como el hogar. "La investigación es una actividad muy celosa en la cantidad de tiempo que requiere. Para todos los académicos que nos dedicamos a la crianza de nuestros hijos, sean hombres o mujeres, ha sido un trabajo incompatible", expresa la investigadora del CIFOVIS, quien describe cómo su labor demanda periodos largos de tiempo de concentración para la lectura, búsqueda de información, reflexión y escritura. "Entiendo que para algunos este tiempo de encierro ha sido muy productivo, pero para los que tenemos hijos pequeños es bastante incompatible. El trabajo de una jornada completa debo hacerla en media y sé que al final todos seremos evaluados por igual", puntualiza De la Peña Domene.

"Para todos los académicos que nos dedicamos a la crianza de nuestros hijos, sean hombres o mujeres, ha sido un trabajo incompatible", Marinés de la Peña, académica del CIFOVIS.
Por otro lado, la carga mental que una pandemia global acarrea, con el bombardeo de información abrumadora y sus cifras desoladoras, también ha afectado a los investigadores.
"Siento que todo se puso en stand by, incluso mis procesos mentales. La misma psique se bloquea y no es tan fácil avanzar. Siento como que todo se queda detenido y, por supuesto, la motivación disminuye", externa David Vargas del Río.
"El reto principal al que me enfrento es a intentar mantener la calma, seguir en conversación con mis colaboradores e ir colocando los nuevos temas que esta crisis nos presenta al centro de las agendas de investigación", agrega Navarro Smith.
El objetivo de recoger estas experiencias en voz de cinco académicos, provenientes de distintas disciplinas y con proyectos muy diferentes entre sí, ha sido mejorar la investigación del ITESO. Investigadores y la institución misma son capaces de reconocer que incluso ante los atrasos, aumentos de costos, imposibilidad de realizar trabajo en campo y las complicaciones en los procesos, este confinamiento también nos da la oportunidad de repensar los proyectos y hallar alternativas en los métodos, materiales, evaluaciones, productos y formas de colaboración.
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