Insolencia e imaginación como tácticas radiofónicas
Detalle BN6
- Inicio
- Insolencia e imaginación como tácticas radiofónicas

Insolencia e imaginación como tácticas radiofónicas
El equipo de Ibero 90.9 presentó en la FIL y en el ITESO el libro “PKJÚ Radio Internacional: una muestra de rara flora y fauna musical” y compartió un poco del quehacer cotidiano luego de dos décadas de labor en la transmisión de contenidos radiales.
Oliver Zazueta
Pocajú es una isla en el pacífico regida por un marajá que dedica su riqueza no a la acumulación capitalista, sino al arte y la cultura, a crear la fonoteca más grande del mundo en una región emula de Macondo. En este territorio todo es hedonismo y abundancia, mangos y papayas, baile y celebración, aquí se evoca a una utopía tropical donde incluso el trabajo es divertido. Si uno se acerca a sus costas podrá beber abundantemente de su manantial.
Las ondas radiales de PKJÚ Radio Internacional que salen desde ese paraíso mágico dan para olvidarse de los problemas escuchando los sonidos de Wganda Kenya, Amadou & Mariam, Son Palenque, Buyepongo, Taraf de Haïdokus, o hasta la Lambada de Kaoma.
Las descripciones anteriores no son más que parte de una ficción radiofónica, una dimensión alterna surgida desde una cabina de radio en la estación Ibero 90.9 de FM, en Ciudad de México, cuyos protagonistas platicaron con la comunidad del ITESO sobre el trabajo que se hace en este programa con 18 años de historia –así como en toda su barra programática– en la presentación del libro que recopila su andar: PKJÚ Radio Internacional: una muestra de rara flora y fauna musical.
Moderados por Andrés Villa, coordinador de Radio ITESO 95.1, Julia Palacios, académica de la Ibero CDMX especialista en música; Uriel Waizel, editor en jefe de Spotify México y uno de los fundadores del programa; Sofía Garfias, artista visual y productora de podcast, y Ricardo López, director de Ibero 90.9, charlaron en el ágora de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos, SJ, sobre la insolencia y la imaginación como estrategias radiodifusoras.
“PKJÚ fue una travesura, un invento de 2004, cuando 90.9 lleva poco tiempo de existencia oficial. Éramos rebeldes y teníamos nuestros CD y casetes con música de medios no oficiales, fuera de la mercadotecnia, cuando el aparato MTV y la cultura pop nos decían cuáles debían ser nuestros ídolos; nosotros entonces escuchábamos música africana, árabe o balcánica”, recordó Waizel.
Esta propuesta radial fue creada por Waizel, Melisa Suárez y José Luis Aragón, producto, según afirma, del descontento y un espíritu altermundista –hoy día quizás catalogado como anticolonial– luego de una sesión de domingo en una casita a las afueras de la Ciudad de México al calor de un atole de pinole, muy probablemente fermentado y con hongos alucinógenos en su interior.
Actualmente, el programa se transmite los sábados y domingos de 11:00 a 13:00 horas en la estación universitaria, con una selección variopinta de música del mundo y es conducido por una mezcla exótica de personajes ficticios que van deambulando como curiosos vagabundos por distintos géneros y rumbos: “Este es un proyecto que lleva 18 años de vida, se niega a claudicar y se sigue emancipando en una imaginación fértil”.
La evolución del lenguaje sonoro desde lo comunitario
¿Cómo es construir una radio en la universidad teniendo a la comunidad como centro? Esa fue la pregunta detonadora en la segunda parte de la conversación, en la cual se charló sobre el devenir de Ibero 90.9, un proyecto de radio social universitaria con dos décadas de historia que incorpora en su estructura a voluntarios –estudiantes, egresados y externos–, pero también un nutrido equipo de profesionales, en una especie de labor híbrida y compleja.
“No se tomen muy en serio así mismos, tienen que ser insolentes, tienen que reírse de ustedes”, fue el primer consejo del director de la emisora, Ricardo López, aunque después abundó en que eso no significa poca seriedad en el trabajo: “en términos prácticos pasa por tener muy claro cuál es el proyecto y los límites para fomentar la creatividad, y por confiar mucho en los estudiantes. Yo impulso a que sean muy irreverentes, pero la forma es siendo muy exigentes en la calidad”.

Pionera en los primeros años de Ibero 90.9, Julia Palacios Franco, doctora en Historia por la Ibero CDMX, explicó que la vocación que ha tenido la radio universitaria es la de ser un semillero para los medios. Trabajar con libertad creativa les ha permitido formar profesionales descarados, pero que también tienen espíritu analítico y crítico: “así es el Sistema Universitario Jesuita, son sus principios básicos de educación. La radio es dificilísima si no tienes algo que decir, porque solo vas con tu voz y tu inteligencia, a eso es a lo que entrenamos a los estudiantes”.
La investigadora aconsejó que el proyecto de radio del ITESO parta de la idea de que, como universidad jesuita, es una marca reconocida y definir de ahí cómo quiere que se escuche eso afuera: “la radio del ITESO puede ser una identidad frente al mundo. No pretendan hacer una estación solo para estudiantes, tal vez eso no va a funcionar. Piensen en un horizonte utópico de ser la voz del ITESO y que esta a su vez representa una comunidad compleja e interesante”.
Sofía Garfias, quien también es parte del staff de la radio, comenzó siendo una estudiante y escucha con el deseo de ser parte de un espacio con el que se sentía identificada y representada, “había esta cosa de que la gente más cool es la que está ahí adentro. Era el espacio donde pasaba la vida”. Para Garfias la radio es mucho más grande que el micrófono, pues requiere además escribirla, producirla y musicalizarla a fin de crear ese espacio místico, por lo que es un sitio donde caben muchos perfiles: “la dimensión formativa de la radio es también formativa para quienes escuchan, puede ser un detonador de conversaciones”.
medios de comunicación
radio iteso