Una celebración por el Día de San Ignacio y la fundación del ITESO
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Una celebración por el Día de San Ignacio y la fundación del ITESO
En el marco de la festividad del fundador de la Compañía de Jesús, la universidad celebró también los 62 años de su constitución como una obra jesuita con bríos renovados para ser un actor en la solución de retos en los ámbitos local, nacional e internacional.
Montserrat Muñoz
El 31 de julio, Día de San Ignacio de Loyola, pero de 1957, nació el ITESO como una iniciativa de padres de familia, empresarios y jesuitas que entendieron la necesidad de que la región contara con una universidad que formara profesionales que transformaran su realidad y entorno.
Desde entonces han pasado 62 años y la comunidad universitaria se dio cita en una misa para conmemorar al fundador de la Compañía de Jesús y la misión con la que el ITESO fue creado: contribuir a un México más justo, fraterno y democrático.
Luis Arriaga Valenzuela, SJ, rector de la universidad, encabezó la ceremonia y recordó la capacidad de San Ignacio de Loyola de responder con creatividad a los retos, como un ejemplo a seguir para lograr "el ITESO que queremos construir".
"Nos enseñó que la contemplación llega a su plenitud con la acción y no basta quedarnos en la reflexión seria y profunda. Siguiendo esta idea, los directores estatutarios y yo hemos estado trabajando en un plan operativo sobre las prioridades, con el objeto de dar mayor rumbo y claridad a nuestros proyectos", afirmó.
Próximo a cumplir un año como rector, Arriaga Valenzuela agradeció el recibimiento y apoyo por parte de todos los equipos de la universidad, y reiteró su interés por reforzar la calidad académica, incrementar los programas de internacionalización y de aprecio por la diversidad cultural, así como por vincular al ITESO con el entorno social, siempre bajo la mística ignaciana.
El reto de ser auténtico
José Martín del Campo, SJ, invitó durante la homilía a los integrantes de la comunidad universitaria a reconocerse como auténticos y verdaderos, tal como lo hizo el fundador de la Compañía de Jesús.
"Celebrar a San Ignacio es vivir su memoria, su espiritualidad y su método de entusiasmar a tantos hombres y mujeres que han sido capaces de salir de la monotonía y superficialidad de sus vidas para encontrar una pasión que les dé razón para vivir y morir", mencionó.
"San Ignacio nos invita a construirnos. Él sabía perfectamente que solamente reformando a la persona se puede reformar el mundo", señaló el jesuita, con lo cual exhortó a los presentes a seguir trabajando para ser y formar personas que compartan sus vidas "no sólo desde la ciencia, sino también desde la virtud".
Los jesuitas Rubén Corona, Luis Octavio Lozano, Gerardo Valenzuela, Javier Escobedo Conde, Javier Martínez, Alfonso González Valencia, Arturo Reynoso, Salvador Ramírez y Virgilio Suira concelebraron la eucaristía.
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