El arte como puente entre el silencio y la emoción
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El arte como puente entre el silencio y la emoción
En el ámbito del diseño, la cultura y la expresión artística, la experiencia de la discapacidad auditiva plantea un reto que va más allá de lo técnico: interpela cómo nosotros, como diseñadores y creadores, pensamos la comunicación, el espacio sensorial y la inclusión. Al hablar de “silencio” no me refiero únicamente a la ausencia de sonido, sino a una forma de percepción que el sistema dominante oyente, auditivo ha marginado o invisibilizado. Mi hipótesis es que el arte y el diseño pueden convertirse en un puente real entre ese silencio, esa otra forma de vivencia sensorial y la emoción, la interacción social, la cultura compartida. Y que hacerlo bien implica repensar entornos, interacciones y estructuras de diseño.
Las personas con discapacidad auditiva muchas veces enfrentan un doble aislamiento: primero, por la barrera sensorial (no escuchar o hacerlo de forma diferente, y segundo, por los entornos que no adaptan su diseño para que la comunicación y la participación sean reales. Esto impacta en ámbitos educativos, laborales, sociales e interpersonales. Tal como señalan Bauman y Murray (2014), en su obra Deaf Gain, la sordera ha sido vista desde la óptica de la “pérdida”, lo cual amplifica los efectos del aislamiento. Pero proponen una alternativa: la perspectiva de ganancia sensorial, cognitiva y cultural que las personas sordas aportan.
En el diseño, esta idea invita a pasar del paradigma de adaptar al oyente al paradigma de diseñar con todas las perspectivas. Por ejemplo, un espacio de exposición donde la señal de alarma sólo sea sonora no da acceso real a todos; un sistema que combine sonido, luz, vibración, escucha otras corporalidades. Cuando no se considera esto, el efecto no es solo funcional: es un mensaje simbólico de exclusión. En cambio, cuando el diseño es inclusivo, se genera sentido de pertenencia, interacción, y se reduce el aislamiento.
La sordera no inhibe la expresión artística; la transforma.
Como estudiante de diseño con interés en cultura y música, esto significa que el diseño no es solo “hacer que lo vean”, sino “hacer que lo sientan”, “hacer que participen”. Un cartel para una exposición puede incluir sonido, pero también vibración, luz, animación visual, lenguaje de señas. Una experiencia musical puede tener una pista visual o táctil que “traduce” ritmo, emoción y movimiento. Es decir: el arte y el diseño pueden traducir la emoción del sonido a otros sentidos, haciendo que quienes no escuchan también tengan acceso pleno.
Cuando el arte y el diseño integran reales estrategias de inclusión sensorial, el impacto es transversal: Los espacios culturales que no contemplan la accesibilidad sensorial están excluyendo un segmento de la población. Pero cuando lo hacen, generan marcos de interacción más ricos, donde diferentes percepciones conviven. Esto refuerza la comunidad, visibiliza la diversidad perceptiva, cambia la norma. Por ejemplo, al interpretar una obra musical con visualización en tiempo real de señales de frecuencia, subtítulos, señas y efectos lumínicos, se incorpora a espectadores sordos y oyentes en una misma experiencia.
La visibilidad importa.
La obra de Christine Sun Kim se expone en instituciones de alto nivel y ya forma parte de la conversación sobre sonido o silencio en el arte contemporáneo. Además, el concepto de Deaf Gain muestra que la cultura sorda ha contribuido al entendimiento visual, espacial y corporal de la comunicación humana. Esto significa que el arte inclusivo no es un extra, sino parte de la evolución cultural. Imagínate un concierto donde una persona sorda participa no solo como acompañante sino como espectadora plena: siente las vibraciones, ve los ritmos, participa con señas, mira la visualización del ritmo. El diseño de experiencias así articula otros tipos de relación: entre oyentes y no-oyentes, entre intérpretes y público, entre cuerpos diferentes. La creación de arte o diseño con esta sensibilidad promueve empatía y reconocimiento. Porque cuando el silencio deja de ser invisibilidad, la relación interpersonal cambia: deja de depender solo del sonido y se abre a otros canales.
Desde mi formación en diseño, es útil pensar en algunos principios para convertir esta reflexión en práctica No depender únicamente del canal auditivo o visual convencional; considerar tacto, vibración, movimiento, temperatura, luz. Involucrar desde el inicio a personas con discapacidad auditiva para que el proyecto no sea “adaptado”, sino nacido para todos los sentidos.
En museos, teatros, espacios urbanos. Cuando se diseña para la sordera se beneficia toda la audiencia, pues genera señales más claras, ambientes más responsables, mayor atención a la diversidad sensorial.El arte y el diseño pueden funcionar como verdaderos puentes entre mundos perceptivos diferentes. Cuando consideramos el silencio no como falta sino como otro modo de experiencia, y cuando diseñamos pensando en la inclusión sensorial, abrimos espacios de emoción compartida, cultura común y comunidad.
Al fin y al cabo, diseñar para escuchar con los ojos, para tocar la emoción, para traducir el silencio en experiencia, es diseñar para que todos con sus diferentes sentidos puedan participar del arte y de la vida social.
Referencias
Bauman, H.-D. L., & Murray, J. J. (2014). Deaf Gain: Raising the Stakes for Human Diversity. University of Minnesota Press.
Kim, C. S. (2015, October 28). The enchanting music of sign language [TED Talk transcript]. https://www.humber.ca/makingaccessiblemedia/modules/02/transript/Christine.pdf
Kim, C. S. (n.d.). Essential Music: Christine Sun Kim. Flash Art. https://flash---art.com/2020/07/listening-in-5-christine-sun-kim/
Understanding Deaf Gain. (2024, February 21). Deaf Services Unlimited. https://deafservicesunlimited.com/understanding-deaf-gain/