Prevención de la pérdida auditiva: Una guía esencial para proteger uno de nuestros sentidos más valiosos
Detalle BN6
- Inicio
- Prevención de la pérdida auditiva: Una guía esencial para proteger uno de nuestros sentidos más valiosos
Prevención de la pérdida auditiva: Una guía esencial para proteger uno de nuestros sentidos más valiosos
Imagina despertar un día y darte cuenta de que los sonidos que siempre diste por sentado como la risa de tus seres queridos, tu canción favorita, o simplemente una conversación casual están comenzando a desvanecerse.
Para millones de personas en el mundo, esta no es solo un escenario imaginario es su realidad. Pero aquí está la buena noticia, la mayoría de las pérdidas auditivas son prevenibles, y nunca es tarde para comenzar a cuidar de nuestros oídos.
El problema es más grande de lo que pensamos
Cuando hablamos de pérdida auditiva, muchos pueden pensar que es algo que solo afecta a las personas mayores. Sin embargo, según la reciente publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en la actualidad 1 de cada 5 personas en el mundo sufren algún grado de hipoacusia que no está siendo tratada. Más alarmante aún, se estima que para 2050 la prevalencia de la pérdida auditiva aumentará a 1 de cada 4 personas.
Los jóvenes: Una generación en riesgo silencioso
Si eres joven y estás pensando “esto no me va a pasar a mí”, tengo noticias importantes para ti. En la actualidad la OMS estima que más de 1 billón de jóvenes entre los 12-35 años se encuentran en riesgo de hipoacusia debido a la exposición recreacional al ruido.
Los estudios revelan cifras preocupantes: alrededor de 50% de los adolescentes, están sometidos a niveles de ruido perjudiciales por el uso de dispositivos de audio personales, mientras que alrededor de 40% lo está por su presencia en antros y bares.
La investigación de Lagos et al. encontró que la prevalencia de hipoacusia neurosensorial por exposición a ruido recreativo fluctuó entre 21% y 30.3%, con mayor alteración de los umbrales auditivos en hombres. Esto significa que aproximadamente 1 de cada 4 jóvenes ya está experimentando algún grado de daño auditivo.
¿Por qué está pasando esto?
Los dispositivos de escucha personal, tales como los celulares inteligentes, se han vuelto parte integral de nuestra vida diaria. Como explican Lagos y colaboradores, estos dispositivos se han masificado gracias a su cada vez más bajo costo, permiten emitir sonidos de alta intensidad y pueden almacenar una gran cantidad de información, permitiendo a los usuarios escuchar, por periodos prolongados, música en alta intensidad.
El problema es que 28.7% de los usuarios, utilizan su dispositivo a intensidades mayores o iguales a 110 decibeles (dB). Para poner esto en perspectiva, la exposición a sonidos de 80 dB durante 8 horas de exposición diaria es el umbral de riesgo para la pérdida de audición, la cual se alcanza en solo tres minutos cuando la intensidad sonora alcanza los 102 dB. Y es eso el verdadero problema, los estudios exponen que el ruido intenso en actividades de ocio no es percibido como molesto por los sujetos expuestos. Es decir, no sentimos que nos estamos haciendo daño hasta que es demasiado tarde.
Cómo ocurre el daño: Entendiendo lo invisible
Para proteger nuestros oídos, primero necesitamos entender cómo funciona el daño auditivo. Nuestro oído interno contiene células ciliadas delicadas que convierten las vibraciones sonoras en señales que nuestro cerebro puede interpretar. El problema es que estas células no se regeneran una vez dañadas.
Como explican Medina et al., la sobrecarga metabólica por sobre estimulación causa excesiva liberación de óxido nítrico que puede dañar las células, generando radicales libres de oxígeno, llevando así a la toxicidad sobre la membrana. Es decir, el daño progresa en etapas específicas.
Lo más preocupante es que la pérdida auditiva por exposición al ruido recreacional puede manifestarse en una hipoacusia neurosensorial leve, que generalmente pasa desapercibida por los sujetos expuestos.
El riesgo ocupacional: Más allá del trabajo de oficina
Si trabajas en ciertos sectores, tu riesgo es aún mayor, afecta principalmente a personal de construcción, militares, pilotos, conductores, personal de mantenimiento de aeropuertos, carpinteros, mecánicos, empleados de industrias como refinerías de petróleo y minería, entre otros.
La crisis silenciosa en nuestros niños
En la actualidad 34 millones de niños sufren de algún grado de pérdida auditiva. Pero aquí está la esperanza: del total de las causas principales de esta en la edad infantil, el 60 % se pueden prevenir mediante la aplicación de las vacunas contra la rubéola, las paperas, el sarampión y la meningitis; también mediante el tratamiento temprano y oportuno de las otitis medias y el tamizaje auditivo infantil periódico en la edad escolar.
El tamizaje auditivo: Una herramienta subutilizada
Uno de los problemas más grandes que enfrentamos es la detección tardía. Como explica la Dra. García-Rey, cuando en un país no se cuenta con un buen programa de detección de la pérdida auditiva, el promedio de edad en la que se hace un diagnóstico de hipoacusia es alrededor de los 3 años. Para este momento, ya se ha pasado el período crítico de diagnóstico y tratamiento, que es antes de los 3 años, cuando hay una gran capacidad de plasticidad neuronal.
La razón por la cual necesitamos tamizaje universal (para todos los bebés, no solo los de alto riesgo) es contundente; entre el 35 %-50 % de los niños con hipoacusia al momento de nacer no tienen factores de riesgo.
Las consecuencias de un diagnóstico tardío son severas.
Esta hipoacusia no detectada ni tratada en el recién nacido o lactante menor tendrá un impacto negativo en el desarrollo del habla, el lenguaje, el ámbito socioemocional y el desempeño académico durante la niñez o la adolescencia; esto se traduce en un adulto con menores oportunidades de formación académica y desempeño laboral respecto a los. normooyentes.
Estrategias prácticas de prevención
Para jóvenes y usuarios de dispositivos móviles:
La regla 60-60: Escucha a no más del 60% del volumen máximo por no más de 60 minutos continuos. Recuerda que las actividades recreativas más frecuentes fueron el uso de dispositivos de escucha personal y asistencia a discotecas, alcanzando niveles de ruido que oscilaron entre 80 y 110 dB.
Toma descansos auditivos: Después de la exposición a ruido alto, dale a tus oídos al menos 18 horas de recuperación.
Usa protección auditiva: En conciertos y eventos ruidosos, los tapones para oídos pueden reducir significativamente el daño sin arruinar tu experiencia.
Presta atención a las señales de advertencia: Si experimentas zumbidos en los oídos (tinnitus) después de una exposición a ruido, es una señal clara de que tus oídos sufrieron daño temporal. La próxima vez, podría ser permanente.
Para trabajadores en ambientes ruidosos:
El nivel de ruido que permiten las normas sobre ruido de la mayoría de los países es por lo general de 85-90 dB durante una jornada laboral de ocho horas diarias, aunque algunos países recomiendan que los niveles de ruido sean incluso inferiores a éste y la medicina reporta que niveles de ruido ya son peligrosos por encima de 80 dB.
Respecto a la protección personal, la evidencia muestra que seguir las instrucciones para la correcta inserción de tapones en el canal auditivo tiene un significativo efecto en la atenuación del ruido. Además, como recomendación para los niveles altos de ruido, las orejeras tienen probablemente un mejor desempeño que los tapones.
Para padres y futuros padres:
Vacunación completa: Es muy importante vacunar a las mujeres en edad reproductiva contra la rubéola y prevenir la infección de citomegalovirus durante el embarazo.
Exige el tamizaje auditivo: Como padre, tienes derecho a exigir este examen para tu bebé.
Trata las infecciones de oído prontamente: Las otitis medias no tratadas pueden causar daño permanente.
Para adultos mayores:
En los adultos jóvenes y mayores la prevención iría encaminada a evitar la exposición al ruido o el trauma acústico, y el uso de medicamentos ototóxicos. Algunos medicamentos comunes que pueden dañar la audición incluyen ciertos antibióticos, diuréticos y medicamentos para el cáncer. Siempre consulta con tu médico sobre alternativas si estás en riesgo.
La detección temprana salva la audición
Una herramienta valiosa pero subutilizada es la audiometría de alta frecuencia. Lagos y colaboradores explican que las frecuencias mayores a 8 kHz se afectan en primera instancia debido a que la presión sonora daña principalmente la espira coclear basal.
Los estudios demostraron que la audiometría de alta frecuencia presenta mayores alteraciones entre las frecuencias 9 y 16 kHz, mientras que las frecuencias convencionales aún eran normales. Por esto, la audiometría de alta frecuencia se puede utilizar como herramienta de diagnóstico auditivo para identificar tempranamente la hipoacusia neurosensorial en una etapa subclínica.
Tratamiento: cuando la prevención no fue suficiente
Aquí hay esperanza: en la actualidad, la mayoría de las pérdidas auditivas tienen solución: ya sea la adaptación de aparatos/audífonos de amplificación auditiva o un tratamiento quirúrgico, para enfocarse después en la rehabilitación auditivo-verbal de pacientes con diferentes grados de pérdida auditiva gracias a la ayuda de terapeutas expertos en fonoaudiología, junto con una buena red de apoyo psicosocial.
Un llamado a la acción
La pérdida auditiva es única entre las condiciones de salud porque, en su mayoría, es prevenible.
Es importante la evaluación preventiva de tamizaje y la educación sobre los agentes de riesgos de hipoacusia inducida por ruido recreacional. Además, es necesario realizar un seguimiento a la audición de los jóvenes, con tal de valorizar el deterioro auditivo causado por la exposición a sonidos de alta intensidad en situaciones recreativas con tal de prevenir y detectar precozmente la pérdida auditiva.
Reflexión final
Nuestros oídos son regalos preciosos que nos conectan con el mundo, con la música que amamos, con las personas que nos importan, y con los sonidos simples que dan textura a nuestra vida diaria. A diferencia de muchas otras partes del cuerpo, las células auditivas dañadas no se regeneran. Una vez que se van, se van para siempre.
La buena noticia es que ahora tienes el conocimiento para protegerte. Baja el volumen, usa protección, vacúnate, hazte chequeos regulares y, si tienes hijos, asegúrate de que reciban su tamizaje auditivo.
Como nos recuerda la Dra. García-Rey al cerrar su editorial: es fundamental que los otorrinolaringólogos, especialistas del área, enfoquen su ejercicio profesional diario a la prevención, detección temprana y el tratamiento óptimo de las pérdidas auditivas.Pero esta no es solo responsabilidad de los médicos; cada uno de nosotros debe tomar un rol activo en proteger nuestra audición.
¿Tienes preguntas sobre tu audición? Consulta con un otorrinolaringólogo certificado. La detección temprana puede marcar toda la diferencia.
Referencias:
Lagos Riveros G, Arévalo Prieto V, Monsálvez Bórquez K, Pereira Montecinos M. Pérdida auditiva inducida por ruido recreativo en adolescentes: Revisión de literatura. Horizonte sanitario. 2020; 19(2): 185-194.
Medina Medina Á, Velásquez Gómez GI, Giraldo Vargas L, Henao Ayora LM, Vásquez Trespalacios EM. Sordera ocupacional: una revisión de su etiología y estrategias de prevención. CES Salud Pública. 2013; 4: 116-124.
Garcia-Rey T. Detección y prevención de la hipoacusia. Acta de Otorrinolaringología & Cirugía de Cabeza y Cuello. 2021; 49(1): 25-26