La investigación filosófica
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La investigación filosófica
"La mer, la mer, toujours recomancée"
El Cementerio Marino
Paul Valéry
esde Aristóteles se ha considerado a la filosofía como un conocimiento de primer orden. Este conocimiento se presenta como la pretensión de acceder a aquello que constituye la ultimidad de toda la realidad, y por lo mismo, la pretensión de un conocimiento radical de esa totalidad. Es lo que el filósofo griego llamó por primera vez "proté filosofía", filosofía primera.
Filosofía "primera" le llamó Aristóteles justamente porque su "objeto" es la totalidad de lo real, en tanto que totalidad. Y con esto distinguía todo el ámbito de conocimientos de segundo orden que se centran en aspectos o fragmentos de aquella totalidad. Por ejemplo, la investigación filosófica sobre la totalidad de objetos que nos aparecen a los sentidos: el mundo o el universo; o la investigación sobre el hombre; o sobre aspectos del ser humano, como su psiqué o sus acciones. A todos estos estudios les llamó filosofía "segunda".
Con el tiempo algunas de estas filosofías segundas serán la base de los estudios que se convertirán en las ciencias como ahora las entendemos: la física, la antropología, la psicología, etc. Por ello todas las ciencias son conocimientos de segundo orden. No porque sean menos importantes, sino porque no son fundamentales y porque se montan sobre una determinada filosofía. Y esto es así lo sepa o no el científico, lo quiera o no, lo asuma o no.
Es aquí donde comienza el problema de la investigación filosófica. ¿Por qué? Porque el concepto de investigación se transformó al tenor de las ciencias y de acuerdo a sus parámetros y métodos. De tal manera que hoy en día investigación es sinónimo de investigación científica.
En la investigación así cualificada su objeto de estudio es algo "dado", es propiamente objeto: lo que ya está ahí, los "hechos" del positivismo. Aunque esto así "dado" es dado sui generis. Porque esto no significa que simplemente el científico se encuentre con su objeto, sino que primero tiene que hacerlo verdaderamente objeto al someter lo dado a las exigencias de su propia metodología.
"La investigación siempre y cuando se mantenga dentro de los términos científicos, es un saber cuyos resultados pueden constatarse como verdaderos, con método o dirección fija que muestra ser un camino de búsqueda probado y aprobado por la comunidad científica y cuyos hallazgos acrecientan el saber de manera progresiva desde la perspectiva de la utilidad para la vida humana o para la sociedad. Lo cual es así porque se trata, de modo sistemático, de seguir los vestigios que las cosas dejan tal como aparecen a la luz de una previa y determinada teoría científica. En este sentido, la investigación científica se mueve entre lo dado y lo nuevo, se trata de una ampliación o ahondamiento de algo que ya se sabe.
Si bien es cierto que los grandes científicos cruzan el umbral filosófico y reflexionan sobre su propio hacer y sobre los supuestos e implicaciones lógicas, epistemológicas, ontológicas y éticas de la ciencia, no es menos cierto que al hacer esto ya no están elaborando ciencia sino justamente filosofía.
Por ello, en los espacios universitarios la investigación se asume en tanto que científica. Esto es, está radicalmente orientada a aportar "conocimientos relevantes" para la sociedad. "Es decir, se trata de investigación en función de problemas sociales concretos o de problemas técnico-científicos. Así, los formatos vigentes exigen investigaciones que aporten respuestas claras, definidas y soluciones útiles para los problemas tangibles de la vida humana.
En cambio, la perspectiva filosófica es diferente ya que no se trata de algo meramente "dado" en el sentido mencionado antes, sino que se trata, paradójicamente, de un objeto que se busca, de algo no dado. El mundo, ¿es algo dado? El ser humano en tanto que tal, ¿es algo dado? La orientación del ser humano en el mundo, ¿es algo dado? La justificación de las acciones humanas, ¿es algo dado? La relación del conocimiento con la realidad, ¿es algo dado? El fundamento o no fundamento de toda la realidad, ¿es algo meramente dado?
Es decir, la filosofía intenta averiguar en la problematicidad de la vida humana y sus aristas. Su búsqueda es la de lo lejano o de lo profundo, lo que está detrás y supuesto en toda teoría que nos hace ver las cosas de determinada manera, la búsqueda de las posibles raíces de lo que somos, de lo que habitamos, de lo que hacemos, de lo que vivimos. "Es inquirir, es búsqueda constante e inquieta de lo que no se conoce. En este sentido es una actividad en permanente interrogación sobre lo supuesto en todo saber y hacer". Precisamente por esto la reflexión filosófica no puede ser acumulativa y progresiva en el sentido del conocimiento científico. Es justamente filo-sofía, es decir, un conocimiento que se busca.
Por ello la diferencia de la reflexión filosófica y la investigación científica radica en el tipo de búsqueda que realiza: lo propio de la filosofía es la indagación, lo cual significa básicamente inquirir; se trata de la elaboración de trabajos reflexivos enfocados a la iluminación de los supuestos de la vida y el hacer humano, del mundo como tal y a la orientación fundamental de la vida humana en el mundo, que no pueden ser concebidos ni evaluados en los términos de las investigaciones que propician la "productividad", la "innovación" o el "emprendimiento", fines propiciados por las instituciones educativas oficiales de las que se esperan resultados útiles en la lógica social vigente.
En síntesis, la investigación científica es ahondar en lo dado y, por tanto, en lo ya sabido. La indagación filosófica es buscar lo no dado y que, vislumbrándolo, pondrá lo dado en un nuevo horizonte y, por tanto, en una nueva perspectiva. Es decir, no se trata del ahondamiento en lo obvio sino del inquirir en aquello que se ha de "discernir" en su raíz. Por ello la filosofía no tiene más remedio que estar siempre recomenzando como el mar de Paul Valéry.
Héctor Garza Saldívar, S.J.
Junio de 2016