Espiritualidad jesuita
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Espiritualidad jesuita
Conoce una espiritualidad de cara al mundo, donde Dios habla y al mismo tiempo llama a responderle.
La espiritualidad ignaciana
La espiritualidad es aquello que lleva a las personas a canalizar sus más profundas energías. Mueve a orientar los esfuerzos para dar más de nosotros mismos y trascender.
En el Cristianismo existen varios modelos como orientación espiritual para el seguimiento de Jesús. Existen espiritualidades franciscana, benedictina, dominica, carmelita, o ignaciana según los modos de seguir a Jesús de San Francisco de Asís, Santo Domingo, San Benito, Santa Teresa y San Juan de la Cruz o San Ignacio de Loyola.
El mayor legado que San Ignacio dejó a la iglesia es la espiritualidad ignaciana, contenida en el libro de los Ejercicios Espirituales.
La espiritualidad ignaciana es una espiritualidad de cara al mundo, donde Dios habla y al mismo tiempo llama a responderle. Es una espiritualidad para buscar, hallar y hacer la voluntad de Dios en sus criaturas, utilizando todos los medios al alcance del ser humano.
La espiritualidad ignaciana es para quienes buscan algo más en su vida. Ignacio pretende que la persona se adentre en el mundo de los deseos para dejarse llevar por aquéllos que le conducen al amor más grande y a la verdadera libertad. La persona, por sí misma, tendrá que darse cuenta de cuáles son esos deseos, porque dirá Ignacio que es de "más gusto y fruto espiritual" que la persona por sí misma se dé cuenta de las cosas, que si quien lo acompaña se las hiciera saber. Ciertamente necesita un buen acompañante que le ayude a confirmar sus búsquedas.
Fuente:http://www.centroloyolapamplona.org/que-es-la-espiritualidad-ignaciana/
Los ejercicios espirituales
La experiencia de San Ignacio con el Creador la sistematizó en el texto de los Ejercicios Espirituales y la compartió con hombres y mujeres, que no tardaron en suscitar conversiones importantes.
Ignacio aprendió que lo más importante en la vida es la búsqueda de la mayor gloria de Dios, es decir, no sólo se trata de ayudar al prójimo, sino de buscar aquello que más ayuda a construir el reino de Dios.
Ignacio definía los Ejercicios Espirituales de la siguiente manera: Por este nombre se entiende todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mentalmente, y de otras espirituales operaciones.
Los Ejercicios Espirituales pretenden que la persona pueda entrar en un proceso por medio de la oración y el silencio, para construir una libertad donde el sujeto pueda elegir aquello que conduzca a la mayor gloria de Dios. La libertad ignaciana es para la misión, es decir, ser libres de ataduras de aquello que impiden dar lo mejor de nosotros mismos para realizar el reino de Dios en esta sociedad, sabiendo que la vivencia de relaciones fraternas y justas es el mayor placer que podemos tener en nuestra existencia.
Fuente: https://www.sjmex.org/