El Encuentro del Humanismo y las Humanidades llega a su fin
La última jornada de la actividad estuvo dedicada a repasar cómo ocurrió la expansión de los jesuitas en el territorio de la América Septentrional, a donde llegaron en 1572. El 450 aniversario del arribo de la Compañía de Jesús fue el tema principal de todo el encuentro.
Édgar Velasco
Junto con otros compañeros, Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús en 1534. Y aunque el reconocimiento oficial de El Vaticano tardaría seis años en llegar, lo cierto es que los jesuitas pronto comenzaron a expandirse por Europa y no pasó mucho tiempo para que desde el recién conquistado continente americano comenzaran a llegar solicitudes para que fueran enviados religiosos. Así, los primeros jesuitas desembarcarían en 1549 en Brasil y después, en 1572, harían lo propio en el territorio de la América Septentrional. Allí, a la par de su trabajo de evangelización, fundarían colegios y convictorios y templos, en una historia que no ha parado de escribirse y cuyo comienzo hace 450 años fue el tema del cierre del VII Encuentro del Humanismo y las Humanidades. La última jornada estuvo dedicada a repasar en dos tiempos los inicios y la expansión jesuita en la América Septentrional.
Para dar inicio con la primera ronda de conferencias y para dibujar el escenario que recibiría a los jesuitas, el historiador Antonio Rubial abrió la conversación con una conferencia titulada "La Iglesia novohispana en el siglo XVI". Señaló que se pueden distinguir tres etapas principales: la de la Iglesia misionera, con la llegada de los franciscanos; la de la intensificación del proceso misionero, marcada por la llegada de los dominicos y los agustinos, y la de la caída demográfica ocasionada por las epidemias, etapa esta última en la que ocurrió la llegada de los jesuitas al territorio de la América Septentrional.
Rubial detalló cómo para la expansión religiosa los misioneros tomaron como base las zonas ya pobladas durante la era prehispánica, lo que facilitó su asentamiento y expansión en el centro y el sur del país, pero lo dificultó en el norte, donde las comunidades eran predominantemente nómadas. El investigador explicó también cómo fueron ocurriendo los conflictos entre el clero diocesano y las órdenes religiosas.
Arturo Reynoso, SJ, de la Dirección de Información Académica, expuso la conferencia "Los inicios de la Provincia Mexicana". Apoyándose de la proyección de ilustraciones, retratos, mapas y cartas, el académico del ITESO contó cómo ya desde 1539 había interés de que los jesuitas fueran enviados a diferentes lugares. Señaló que en el caso del norte de América hubo un intento de llegada en 1566 con una misión que entraría por Florida, pero que fracasó. También contó que originalmente los jesuitas deberían haber llegado a México en 1571, pero pisaron suelo mexicano hasta el 9 de septiembre de 1572.
"A diferencia de la Ratio Studiorum, que dejaba muy en claro cómo debía ser la formación, no había un plan de misiones, sólo había unas cuantas instrucciones que quedaban al criterio de los misioneros", dijo Reynoso, quien añadió que entre esas instrucciones se encontraba enterarse del contexto, explorar y conocer las necesidades del lugar a donde llegaban los jesuitas. Está práctica, añadió, iba acompañada de la instrucción precisa de instalar los colegios —donde residirían los misioneros— pero de no iniciar con las clases hasta dos años después, ya que estuviera bien afianzada la comunidad. Ese fue el proceso que siguió el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, que fue el primer colegio fundado por la orden en la Nueva España. Arturo Reynoso expuso, con fechas e imágenes, los pasos que siguió la Compañía en su proceso de expansión, primero en el centro de México y luego hacia Pátzcuaro y Guadalajara, antes de continuar hacia el norte. "Por su gran dinamismo, pronto la Provincia Mexicana se convirtió en una de las más extensas y prósperas de la época", dijo Reynoso.
La última conferencia de la primera parte de la mañana estuvo a cargo de Jesús Sariego, SJ, de la Provincia de Centroamérica. El jesuita señaló que uno de los primeros frutos de la "fidelidad, creatividad y espíritu misionero" de la Compañía hace 450 años fue precisamente el florecimiento que tuvo en Centroamérica, cuya provincia nació sobre la estructura que crearon los misioneros en las postrimerías del siglo XVI y en la primera parte del XVII.
Sariego detalló que la presencia jesuita en Centroamérica podía seguirse a partir de cuatro momentos: las misiones ocasionales, el establecimiento, la creación de la Real y Pontificia Universidad de San Carlos y la etapa previa a la expulsión de la compañía de los territorios de la corona española. Sobre el trabajo de los jesuitas, señaló que éste se dio en dos vías paralelas: la educación y la evangelización. Concluyó su ponencia con el envío al exilio en los Territorios Pontificios de los 14 jesuitas que trabajaban en Centroamérica cuando tuvo lugar la expulsión.
La segunda parte de la jornada continuó repasando la expansión y el legado de la Compañía de Jesús en Cuba, Filipinas y Estados Unidos.