“Si somos mejores personas, somos mejores abogados”
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“Si somos mejores personas, somos mejores abogados”
Los abogados Edmundo Elías-Fernández y José Pablo Ramos Castillo conversaron con estudiantes de la Licenciatura en Derecho sobre cuál es el perfil que deben tener los abogados y la importancia de organismos como las barras de abogados en el desarrollo profesional.
Oliver Zazueta
Un abogado tiene que pensar con profundidad, tener un sentido de orgullo profesional, amor a la práctica legal, dedicación y búsqueda de la excelencia; también debe ser tenaz y no dejarse vencer, así como poseer un fuerte sentido personal de integridad y valores consolidados.
Estos son algunos de los elementos que deben reunir en su práctica laboral quienes surjan de la carrera jurídica, según compartió el abogado Edmundo Elías-Fernández, socio de la firma Ramos, Ripoll & Schuster, quien impartió la charla “El perfil de la abogacía” ante alumnos de la Licenciatura en Derecho del ITESO, al lado de José Pablo Ramos Castillo, presidente del Capítulo Jalisco de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados, quien compartió algunas de las características de este organismo.
“Yo creo que si somos mejores personas, somos mejores abogados, y no al revés: ser un buen abogado no te convierte en mejor persona, pero si eres una buena persona es muy fácil que seas mejor abogado, porque te va a permitir ser ético, caminar por la derecha, concretar tus objetivos de una manera limpia”, expresó Elías-Fernández, quien es especialista en derecho corporativo, financiero, laboral y de comercio internacional.
El ponente dividió su intervención en dos fases: en la primera se refirió a la parte dura de la exigencia profesional, la que tiene que ver con el aprendizaje escolar, y en la segunda habló de la parte personal, la orientada a las cualidades y calidades personales.
¿Qué se espera de un profesionista?, fue la pregunta detonadora cuya respuesta, de inicio, fue que lo que se espera es que tenga conocimiento legal, que es una combinación del conocimiento académico con lo que se va adquiriendo en la práctica; por ello recomendó trabajar desde que se es estudiante: “Alguien que empezó desde el primer semestre a trabajar ya trae cuatro años de ventaja. Cuando saca el título ya es un abogado o abogada”.
Asimismo, consideró necesaria la especialización como una ventaja competitiva, pues es una fortaleza en el desempeño laboral el dejar de ser un abogado con una visión holística de las cosas: “Aunque puedas ser un abogado muy completo, si te especializas en alguna área en particular, eso te va a hacer mucho más poderoso”.
Otras de las virtudes a ejercer la profesión jurídica son identificar adecuadamente las necesidades de los clientes, saber trabajar en equipo, la capacidad de compartir el conocimiento, saber desarrollar el perfil profesional y darse a conocer en el gremio, así como trabajar con calidad y rapidez.
“Hoy la calidad quizá sea el factor más importante y el diferenciador para que alguien sea mejor que otro. A estos abogados todólogos, que aquí en México hay muchos, o el notario que todo sabe, yo les tengo un poquito de miedo, porque cuando se tienen que meter a cosas muy sofisticadas la calidad empieza a sacrificarse”, declaró.
Finalmente, respecto a la responsabilidad personal, Elías-Fernández explicó que el tema ético es fundamental en el ejercicio de esta profesión, al igual que ejercer virtudes como la prudencia, así como practicar la gravitas, es decir, apreciar y ver a los demás, ser empáticos: “La empatía no es ponerse en los zapatos del otro, es ver con los ojos del otro —es muy diferente—: para poder influir en los otros tenemos que entenderlos”.
Barras de abogados: espacios de crecimiento
Para cerrar la conversación, Ramos Castillo habló como presidente del Capítulo Jalisco de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados, y expuso con los estudiantes las grandes ventajas de vincularse desde temprano con estos espacios de desarrollo profesional.
“En las barras de abogados descubrí que afuera de las aulas encuentras aquellos profesores que admiras y respetas, en los que yo me veía reflejado; vi que estaban ahí, los tenía a mi alcance, ya que grandes abogados de alto perfil forman parte de la barra”, mencionó.
Participar en estos grupos puede ser un gran refuerzo en aquellos casos en los que además se busca una especialización, una maestría o cualquier tipo de posgrado: “La verdadera especialización, el verdadero trabajo surge en la vida profesional, en el estudio posterior y en el enriquecimiento que te va dando la clientela y la experiencia”.
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