5º. CONGRESO INTERNACIONAL EN HÁBITAT Y SUSTENTABILIDAD
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5º. CONGRESO INTERNACIONAL EN HÁBITAT Y SUSTENTABILIDAD
Futuros Posibles más allá del 2030
El 5º Congreso Internacional en Hábitat y Sustentabilidad: Futuros Posibles más allá del 2030 que se llevará a cabo del 9 al 11 de abril de 2025 en el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara con la colaboración de la Red Internacional Universitaria Routes Towards Sustainability y el apoyo del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Estado de Jalisco – COECYTJAL tiene como objetivo hacer un balance de los resultados de las apuestas globales de sustentabilidad a través de agendas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Nueva Agenda Urbana y el Acuerdo de París para plantear planes, proyectos e iniciativas con una visión de futuros posibles, partiendo del reconocimiento de los logros a nivel global, los impactos a nivel local, los desafíos pendientes y las agendas emergentes más allá de las metas del 2030.
Contexto Global del Hábitat y la Sustentabilidad
Desde la Conferencia de las Naciones Unidas de Estocolmo en 1972, la humanidad ha tomado conciencia de la creciente y compleja crisis ambiental causada por el modelo de desarrollo predominante. A pesar de numerosos esfuerzos globales relacionados con la sustentabilidad, como la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992 y la Agenda 21, las Conferencias Hábitat sobre Asentamientos Humanos de Naciones Unidas o más recientemente, el Acuerdo de París en 2015, el avance hacia lograr un hábitat sustentable ha sido limitado; no solamente respecto a los hábitats urbanos sino todos los sistemas medioambientales y naturales. Los gobiernos nacionales han impulsado acciones vinculadas con la reducción de impactos y emisiones, el aumento de áreas verdes, la promoción de sistemas de transporte o infraestructura menos contaminante, la creación de un sistema agroalimentario o estregias para el manejo de los mares más justo y sustentable. Sin embargo, no han podido cumplir con todos los compromisos asumidos, ya que el mundo ha cambiado significativamente en este primer cuarto del siglo XXI en el que la globalización de los mercados, la creciente financiarización de la economía, los modos de producción y consumo y la inestabilidad geopolítica han agravado la crisis climática en los hábitats urbanos y naturales de todo el planeta, con mayor impacto sobre las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad y en entornos de alta desigualdad.
La gran mayoría de la comunidad científica internacional coincide en que la “gran aceleración” de las actividades humanas desde 1950 y el proceso de globalización de los mercados desde 1990, han sido factores determinantes en la crisis climática. En las últimas tres décadas, se han observado varios fenómenos preocupantes entre los que destaca:
- La especulación financiera, que abarca todos los ámbitos de la vida en el planeta, especialmente lo que refiere a los recursos básicos para la vida humana como el agua, los recursos alimentarios o la vivienda.
- El aumento del consumo energético y la incapacidad de reducir el consumo de combustibles fósiles a pesar del crecimiento en la producción de energías renovables y sostenibles.
- El creciente desplazamiento y movilidad de la población en los territorios por diversass causas como el turismo, que se ha convertido en la primera industria del mundo globalizado y la migración forzada de millones de personas que han dejado su lugar de origen buscando mejores oportunidades de vida huyendo de entornos de alto nivel de riesgo social, político y/o climático.
- Los hábitos diarios de consumo que, en lugar de dirigirse hacia una reducción razonable y responsable, se ha potenciado con el impulso de los sectores industriales como la alta tecnología, la construcción, la moda y la producción de alimentos, que producen cada vez más desechos, consumen más energía y cuyo ciclo de vida es cada vez es más corto.
- La urbanización acelerada en las distintas regiones que conlleva una mayor demanda de vivienda, servicios y transporte que no se puede atender adecuadamente, provocando también la pérdida de suelo y de biodiversidad en los entornos urbanos.
- En ámbitos como la construcción, la moda, la tecnología y la alimentación, se ha promovido el uso de materiales de alto impacto ambiental como el plástico, el papel, el vidrio o la madera, sin contar con un sistema adecuado para la separación de residuos, la recolección selectiva y el reciclaje de materias primas reutilizables.
- Las crisis políticas, sociales y financieras de los últimos años han impedido la continuidad en la inversión en proyectos en sustentabilidad, favoreciendo políticas de crecimiento económico a expensas del medio ambiente y reduciendo las oportunidades de transición ecológica/económica hasta un desarrollo más equilibrado.
Estos fenómenos dan cuenta de la necesidad de políticas, proyectos y acciones que permitan la reducción global de emisiones en la atmósfera, la mitigación de impactos, así como la adaptación y construcción de capacidades para la reducción de riesgos relacionados con la crisis climática. Asimismo, se requiere la promoción del fortalecimiento de la participación comunitaria, las instituciones y las estructuras políticas (desde los organismos internacionales, los gobiernos nacionales, subnacionales, hasta los locales) para lograr proyectos sustentables más eficientes y eficaces.
Desde la Conferencia de París y la formal adopción de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible con la adhesión de casi todos los países de las Naciones Unidas, se ha definido nuevos instrumentos para la medición y la acción que buscan resolver la contradicción implícita del concepto de desarrollo sostenible. A partir de estos objetivos, se han hecho esfuerzos valiosos relacionados con temas como: la transición ecológica, la transición energética, la circularidad para corregir las trayectorias de crecimiento del consumo y la creación de políticas públicas para mejorar las condiciones de gobernanza en todos los niveles.
Existen logros en algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, sin embargo, se trata de resultados parciales en temas como la igualdad de género, la acción por el clima y el desarrollo de energía asequible y no contaminante. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos no solamente no se lograron las metas, sino que han surgido nuevas y más evidentes contradicciones, como la imposibilidad de reducción de las desigualdades o poner fin a la pobreza, el hambre, la precariedad laboral o disminuir la extracción insustentable de cualquier recurso natural. El caso más claro de que estas metas no se han cumplido, está relacionado con el objetivo “Paz, Justicia e Instituciones Sólidas”, ya que en los últimos años han incrementado las situaciones de polarización social, los conflictos bélicos y el debilitamiento sistemático de las instituciones con interés en lo público desde lo global hasta lo local.
A medida que nos enfrentamos a desafíos cada vez más complejos, es esencial adoptar un enfoque holístico, por lo que para este congreso nuestras reflexiones que podrían ordenar nuestras acciones se concentran en cuatro ejes temáticos: 1) resiliencia urbana, 2) ciudades justas y sustentables, 3) proyectos y edificación adaptativas y eficientes y 4) hábitats prósperos. Solo a través de una cooperación global y un compromiso genuino con la conversión ecológica, podremos asegurar un futuro sustentable para todas las generaciones venideras.