La desigualdad y las fábulas sobre el mérito
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La desigualdad y las fábulas sobre el mérito
Máximo Ernesto Jaramillo, economista y sociólogo, presentó en el ITESO su libro “Pobres porque quieren: mitos de la desigualdad y la meritocracia”, un análisis de las ficciones que se han tejido alrededor de temas como la riqueza, la pobreza y la desigualdad.
Óliver Zazueta
Las redes sociales están inundadas de recetas del éxito para convertirte en millonario y relatos de emprendedores que surgieron de la nada y que por medio de trabajo, esfuerzo y de levantarse todos los días a las cinco de la mañana han acumulado un gran capital. Son excepciones que se convierten en la regla y que te convencen de que si no tienes ese yate es porque no quieres.
Este y otros cuentos son parte de los mitos sobre la meritocracia, que evitan, de acuerdo con el economista y sociólogo Máximo Ernesto Jaramillo, que como sociedad no estemos cuestionando y derribando estructuras. “Mi respuesta sería que no lo estamos incendiando todo porque creemos que lo merecemos”, mencionó.
Estas fábulas alrededor del mérito, la riqueza y la pobreza fueron abordadas durante la presentación del libro Pobres porque quieren: mitos de la desigualdad y la meritocracia (Grijalbo, 2024), que se llevó a cabo en el ITESO con comentarios de Yasodhara Silva Medina, profesora, y moderada por David Foust Rodríguez, académico del Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM) de esta casa de estudios.
El libro está estructurado en siete capítulos que aluden a mitos en específico: la pobreza (los pobres son pobres porque quieren), la riqueza (cualquiera puede ser millonario), la desigualdad (en México no hay racismo ni patriarcado, todo es desigualdad de clases), la educación (estudiar te sacará de pobre), la vivienda (los jóvenes prefieren no tener vivienda y vivir con roomies), la redistribución (los receptores de programas sociales se hacen flojos y dependientes) y los impuestos (los pobres no pagan impuestos).
La idea del texto es promover que frente a la meritocracia y el énfasis en la competencia –pues incluso muchos programas educativos se basan en ello–, se debe promover la colectividad. Además de reconocer que la desigualdad en México no es una cuestión de brechas, sino que es una cuestión de vínculos.
“Nuestros fracasos son algo estructural y también nuestros éxitos, sugiero que piensen en los factores a su alrededor para lograr lo que han logrado, no solamente el hecho de que se hayan desvelado y trabajado mucho, piensen en el origen colectivo de eso que han logrado”, dijo.
Según los cálculos del economista, el capital acumulado del empresario Carlos Slim es tal que podría gastar 250 millones de pesos en un día, sin generar un peso más en el futuro, durante 20 años, y aún le sobrarían 11 mil millones de pesos tras ese periodo. Así de cruenta suena la desigualdad en México.
“México no es un país pobre, sino que es un país desigual y si muchas personas viven en pobreza es porque pocas personas acumulan miles de millones o en el caso de Slim, millones de millones de millones”, expresó.
Para Jaramillo, muchas de las argumentaciones que defienden la meritocracia no siguen una racionalidad, aun cuando gran parte de las ideas del libre mercado se basen en la racionalidad de los individuos, “es justo por eso que en gran medida no funciona”. No obstante, para el fundador del proyecto Gatitos vs. la Desigualdad mientras más enterados estemos de las causas reales de la pobreza y la desigualdad, de la amplitud de las brechas, o del lugar que ocupamos en la sociedad y disminuyamos esos sesgos cognitivos, podrán cambiar ciertas preferencias redistributivas y generarse más exigencias.
“Existen muchos sesgos, por ejemplo, en México, siete de cada 10 personas se creen de clase media y depende de la metodología, pero cuando te pones a analizar, la mitad de las personas realmente están en pobreza, pero se dicen de clase media. Les preguntas a los pobres cuánto ganan los ricos y te dicen que 20 mil pesos, y le preguntas a los ricos a partir de que ingreso estarían las personas en pobreza y te dicen que 30 mil. Hay una desconexión muy grave en el país en términos de las clases. Está también el error de creer que la pobreza es la falta de capital humano, pero la pobreza en México está relacionada con factores estructurales, no se trata de decir ‘estudiando más vas a salir de pobre’”, expresó.
Silva Medina consideró que el libro desmitifica con realidades y un análisis robusto, utilizando conceptos económicos, datos y ejemplos fáciles de comprender –aunque su autor es economista no se necesita serlo para entender los conceptos que defiende–, a través de una lectura social y no economicista.
“Expone claramente los efectos sociales que tienen los procesos económicos, que no están dirigidos por la mano invisible del mercado, sino de decisiones concretas en manos de las élites que son las principales beneficiadas del ciclo de la desigualdad. Es un texto que aboga por un sistema fiscal más justo, políticas sociales más progresistas y buscar la desmercantilización, las desfamiliarización y la redistribución del acceso al bienestar”, dijo la también fundadora y directora de Demoskópica México.
La profesora dijo que el documento describe la omnipresencia de la meritocracia en las voces de youtubers, influencers, economistas, comentaristas, políticos, empresarios y asesores para hacerte multimillonario. “Eso lo podemos encontrar en las redes sociales, con palabras que con toda facilidad descalifican, juzgan y usan una vara para medir de manera muy cruel y alimentada por la ignorancia sobre lo que se consideran ganadores o perdedores en nuestra sociedad”, añadió.
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