Estrés, un reto para la nutrición
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Estrés, un reto para la nutrición
Durante la conferencia “Cortisol, inflamación y salud: lo que lo que la ciencia revela sobre su conexión”, que formó parte de las actividades en el marco del Día del Nutriólogo y la Nutrióloga, el especialista Diego Arenas abordó al estrés como algo cada vez más común en nuestra época y sus implicaciones en el metabolismo.
Diana Alonso
El estrés es malo. Es la conclusión que podría dar cualquier persona que lo haya experimentado. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al menos 75 por ciento de los mexicanos sufre estrés laboral sin considerar otras situaciones estresantes que se nos presentan día a día como el tráfico, el transporte, el hogar; en sí, la rutina.
El doctor Diego Arenas, director de nutrición clínica y nutrición funcional en Onkimia y Sanvite, y ponente de la conferencia, recuerda que el estrés es una manifestación natural de nuestro cuerpo, integrada en nuestra biología hace milenios, cuya función era prevenirnos y darnos energía para actuar a la hora de encontrarnos en peligro. Es decir, no es del todo malo, es más como un salvavidas.
“Somos los mismos de hace 10 mil años [...], toda esa energía estaba enfocada en luchar o huir”, reiteró.
Los primeros homo sapiens se preocupaban de la llegada de la noche, de los tigres diente de sable, de la violencia de otros grupos de humanos, del hambre y de los parajes inhóspitos. Ahora, según Arenas, recibir un like o no en nuestras redes sociales puede despertar ese mismo instinto de supervivencia.
Nos encontramos en un examen, viendo las noticias, leyendo un mail y, dependiendo de cómo procesamos estos estímulos, nuestro cuerpo llega a producir adrenalina, noradrenalina y la que comúnmente se conoce como la hormona del estrés: el cortisol.
“Todo lo que existe en la naturaleza y todo lo que el cuerpo tiene para nosotros evidentemente es bueno, está para algo. Lo malo es cuando no sabemos entenderlo y vamos en contra de este ritmo natural”.
Arenas explicó que el cortisol es un antinflamatorio y que lo necesitamos todos los días para conseguir la energía suficiente para nuestras actividades. “El cortisol nos va a permitir que el cuerpo y el sistema nervioso todo el tiempo tengan acceso a glucosa como un sustrato”.
Su producción es cíclica. Su pico más alto es durante las mañanas y a lo largo del día se reduce para permitir que el cuerpo descanse y pueda repararse cuando llega la hora de dormir. Los problemas comienzan cuando el estrés se vuelve crónico y provoca la producción constante de esta hormona, que es finita dentro de sus ciclos. Cuando se termina aparece el burn out.
“Entonces, estas demandas superan nuestros recursos y cada vez estoy viendo gente más joven con problemas más agudos justamente porque no supimos manejar estos estresores”.
Esta desregularización causada por el estrés puede llevar a la depresión y ansiedad. Pero no sólo nos afecta a nivel emocional, ya que a la larga puede traer afectaciones como el insomnio, alteración del metabolismo, problemas de peso, problemas digestivos (comúnmente inflamatorios), enfermedades coronarias y autoinmunes.
Arenas invita a los próximos nutriólogos y nutriólogas a atender y diagnosticar de forma integral a sus futuros pacientes, y a incitarlos a transformar su estilo de vida, ya que no es posible resolver ciertos síntomas sin tratar el origen del problema que, en una sociedad que cada día va más rápido y cuyas exigencias han aumentado, posiblemente sea el estrés o la ansiedad.
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