Sugiere una participación ciudadana basada en el equilibrio

Érika Torres

El actual escenario político del país y las posibilidades que se vislumbran en materia de participación ciudadana requieren de una reflexión sobre cómo se articularon los mecanismos en el sexenio anterior. Esto, con la intención de saber de dónde se parte para tener claro el rumbo hacia el cual en México se puede transitar.

Bajo esta premisa, Ernesto Isunza Vera, académico del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), presentó un análisis que se llevó a cabo en el marco de un acuerdo entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el gobierno de México, cuyo fin fue crear lineamientos para fomentar la coherencia de la oferta participativa por parte del gobierno federal.  

Durante la conferencia "La participación ciudadana en el contexto del nuevo gobierno federal", dictada el pasado 22 de marzo en el Auditorio D1 del ITESO, Isunza mencionó que se discutió con "los responsables de participación de las diferentes entidades, secretarías, institutos y organizaciones independientes al gobierno federal para entender cómo la oferta participativa tenía que ser pensada en su conformación, su posible reorganización y en sus funciones y atribuciones".

Con esta información recabada, el siguiente paso es identificar experiencias que ya se tienen trabajadas en diferentes ámbitos del país y darles reconocimiento legítimo a otras formas de participación ciudadana que no están institucionalizadas.

"Este equilibrio entre organismos de participación ciudadana institucionalizados y no institucionalizados tiene que ser parte del debate de una política nacional de participación", comentó. 

Otros pendientes que se tienen son impulsar una política de Estado que involucre discusiones de lo que es factible y lo que es deseable, desde lo local hasta lo federal, y emplear el conocimiento acumulado sobre lo que se tiene y lo que no se tiene que hacer para crear una política adecuada de participación ciudadana. 

"No hay varitas mágicas ni en la reforma del Estado, ni en la reforma de participación ni en ninguna política, nada va a resolver nuestros problemas por arte de magia, pero sí podemos ir acortando el poder y que la participación valga la pena", sentenció el académico del CIESAS.

Isunza concluyó que en si estos esfuerzos no valen la pena, "la gente deja de participar, y muchas veces cuando las cosas no se deciden por medio del mecanismo de participación, sino en el bar o en la casa del poderoso, o en un restaurant, pues no recurres al mecanismo, vas al bar, al restaurant o a la casa del poderoso", concluyó.