Estudiar a los jóvenes equivale a entender mejor a la sociedad

Montserrat Muñoz

Luciendo una cabellera por debajo del hombro, barba cana y empuñando sus anteojos de lectura, Rogelio Marcial Vázquez, a sus 56 años, nunca había sido tan joven. 

Habiendo dedicado cerca de la mitad de su vida al estudio de jóvenes, el profesor investigador del Departamento de Estudios de Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara (UdeG) asegura que esta línea de investigación ayuda a conocer y a entender de una mejor manera a la sociedad en que vivimos. 

Marcial fue el invitado de la más reciente sesión del Café Scientifique ITESO, iniciativa del Centro de Promoción Cultural de esta casa de estudios que acerca al público general a las ciencias por medio de charlas coloquiales acompañadas de una taza de café. La sesión llevó por título "¿Qué es un joven? Una mirada desde las ciencias sociales".

Respondiendo a la pregunta, el investigador señaló que el joven "es todo y nada. Hay una gran diversidad ahí adentro que es muy difícil encasillar. El término de juventud sirve socialmente para catalogar a un grupo poblacional que tiene que ver con la edad. Históricamente, la edad que define a los jóvenes ha cambiado. Hace unos años, era entre los 17 y los 21 años. Hoy día, el Instituto Mexicano de la Juventud lo define entre los 12 y 29 años. Ha ido cambiando porque la sociedad va cambiando".

El también doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de Jalisco resaltó que es el adulto el que define lo que es un joven, basado en la supuesta autoridad que le da la experiencia. Sin embargo, en la construcción de este término no se incluye al propio joven, por lo que el resultado le suele ser ajeno.

"Actualmente los jóvenes están pasando por algo que nosotros —los adultos— no tenemos idea", mencionó el "juvenólogo". 

Asimismo, resaltó que los jóvenes tienen sus formas de organización y, al distar de los canales construidos e impuestos por la sociedad, son estigmatizados y hasta criminalizados. 

"Adjetivar ‘joven' es necesario para entender de qué estamos hablando. Es una cuestión de semántica: cholo, fresa, hípster, emo, punk; muchas de estas categorías son fotografías de la realidad. Pero la realidad es tan cambiante que desde las ciencias sociales lo que debemos tratar de hacer son videos de la realidad, no fotografías estáticas", dijo, en tanto que advirtió que se deben buscar nuevas herramientas metodológicas que respondan a este reto. 

Un avance, según su experiencia, es recurrir al diálogo horizontal con los jóvenes y no caer en una relación de autoridad adulto-joven, sino construir conocimiento en coautoría con ellos. 

El camino para llegar a ser un "juvenólogo"

La trayectoria de Rogelio Marcial Vázquez en las ciencias sociales inició, paradójicamente, por culpa de las ciencias exactas. Las matemáticas eran su "coco" en los años de secundaria y preparatoria, por lo que le resultó natural alejarse de éstas cuando llegó a la universidad. 

Recuerda que, para entonces, lo inquietaban e intrigaban aquellas notas periodísticas que al referirse a ciertas expresiones juveniles, contribuían a la estigmatización de las mismas. Pero su futuro como "juvenólogo" estuvo sellado por un momento que él mismo califica como particular e insignificante a la vez. 

Durante sus estudios de maestría en El Colegio de Michoacán, Marcial habría de trabajar el tema de cacicazgos y otras relaciones de poder en el agro mexicano. Pero se desenamoró del proyecto y cuando estaba listo para claudicar, su asesor le preguntó sobre sus intereses. 

"A mí lo que me interesa es la banda y el rock & roll. Cuando pensé que me diría ‘lárgate de aquí, estas expulsado', me dijo, ‘¿y por qué no estudias eso?' Y pum, eso dio un vuelco totalmente a mi vida profesional". 

Por eso, el ahora profesor pide a sus alumnos que busquen esas vivencias definitorias en su trayectoria personal que los llevan a tomar decisiones de todo tipo, "para entender bien por qué hacemos lo que hacemos y cómo es que lo hacemos".  

La próxima sesión de Café Scientifique se celebrará en el marco de su décimo quinto aniversario, el próximo martes 3 de septiembre en la explanada de la Casa ITESO Clavigero. La invitada será la bióloga Julia Carabias Lillo, quien charlará sobre la ecología.