La exigencia de la certidumbre

Adriana López-Acosta

El gran color de nuestra época, de acuerdo con Juan Carlos Henríquez, SJ, académico del Departamento de Estudios Socioculturales (Deso), está formado por la creencia y la subjetividad.

Nunca como ahora, dice el jesuita, el mundo propio había sido tan relevante para el ser humano; el ser responsable de su propia subjetividad, de su identidad (quien soy, a donde voy, para qué) y de su propia convicción.

"En esta época, el ser humano entiende que no son las instituciones, ni la naturaleza, ni Dios, las que crean eso, sino que cada uno es responsable de su propia historia individual. Y, más que nunca, hay conciencia de que somos seres creyentes; que funcionamos, no con base en las ideas, sino con base en otro tipo de suelos. Y esos suelos no son tan fáciles de controlar. No puedo creer lo que no creo, ni dejar de creer en lo que creo. Puedo tener ideas y modificarlas, pero la creencia me tiene a mí".

¿Y en qué creemos? ¿En cuántas cosas tan distintas entre sí podemos creer? ¿Y eso en lo que creemos nos lleva a practicarlo? Estas y otras cuestiones se discutirán el jueves 16 de abril, a las 18:00 horas en la tercera charla del ciclo Pensamiento jesuita sobre la actualidad, titulada "Creencias y subjetividades contemporáneas", que se llevará a cabo en la terraza de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ..

Henríquez declara que el ser humano no puede ser inocente, tiene que responsabilizarse de su propia subjetividad y de su propia creencia, porque sospecha más de las ideas que de las creencias.

"Estamos ávidos por tener un suelo firme, no soportamos no tenerlo. Le estamos exigiendo a la vida una certeza. Nos da vértigo terminar sin esas certezas. Y eso que pareciera una buena noticia para un hombre de fe, no lo es, porque la fe se mueve en la incertidumbre".

El hombre de la fe, explica, se avienta a su propia incertidumbre. El de la creencia compulsiva, en el fondo, busca a como dé lugar la certidumbre. Un glotón de las verdades y las seguridades.

"Le exigimos a la vida certidumbre de absolutamente todo, y dado que las ideas, ideologías y sistemas no nos lo dieron en los últimos días de la alta modernidad, ahora la buscamos en otro tipo múltiple de creencias".

Y estas no se traducen solamente a religiones. El fundamentalismo también se toca en la medicina alternativa volcada en el exceso, a la esotérica, al ejercicio con fines espirituales; compulsiones que absolutizan con sus propias prácticas, porque no se aceptan a sí mismos como relativos.

Los retos de la subjetividad

"Lo que vamos a ver en esta plática es la espiritualidad ignaciana cómo habla a estas antropologías, por cuál se cantea, dónde toma postura, qué aporta a una desde la otra", explica Henríquez. "Podremos explorar un tema antropológico y vincularlo con la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, con elementos teológicos y desde la perspectiva filosófica de Jorge Manuel Dávalos Sánchez".

Éste jesuita, académico del Departamento de Filosofía y Humanidades, compartirá la disertación, que será moderada por la profesora del Deso Sofía Paláu, y expondrá su perspectiva desde la propuesta de Xavier Zubiri, filósofo español del siglo XX, que incluyó en su trabajo reflexiones en torno a la religión.

"El diálogo puede ser muy enriquecedor, porque hay muchas ideas contemporáneas falsas en torno a la religión. Lo importante será el diálogo entre ambas posturas, que para mí son complementarias", dice Dávalos, SJ.

También explica que, entre intervenciones de los jesuitas, habrá oportunidad para que el público se sume con inquietudes, preguntas o aportaciones, para intercalar la reflexión con la participación de los asistentes.

Antes de Pensamiento Jesuita

Previo a esta charla, ambos jesuitas recomiendan consumir algunos textos y películas que profundizan en las inquietudes sobre las creencias y subjetividades contemporáneas.

Dávalos sugiere repasar los textos El hombre y Dios, de Xavier Zubiri, y Teología de la praxis evangélica, de Antonio González. Ambos libros se encuentran en la Biblioteca del ITESO.

Hernández opina que Birdman, la reciente película del cineasta Alejandro González Iñárritu, contiene estas inquietudes. "Que la vean desde esa lectura, de esta exigencia que tiene la persona de hacerse valer delante de los demás, contra otra posibilidad humana, que podría ser, por ejemplo, mi relación con los demás. Esta necesidad de certezas, de decir, ‘yo valgo y vale la pena lo que he vivido y lo que soy, soy trascendente'".