Contra el pánico, una buena dieta informativa
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Contra el pánico, una buena "dieta informativa"
Jaime Iván González Vega, coordinador de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública, invita a comparar información publicada en varios medios y ser críticos con lo difundido.
Érika Torres
Primero fueron los memes. Luego las imágenes de plazas vacías en sitios turísticos que siempre lucían llenos en China y Europa. Cuando se presentaron los primeros casos de Covid-19 en el continente americano la información comenzó a hacerse más frecuente, hasta el punto de tal vez saturarnos en los grupos de WhatsApp con videos y fotos de los que no siempre sabemos la fuente o el contexto, lo cual contribuye a la desinformación y puede llegar a causar un caos.
Jaime Iván González Vega, coordinador de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO, brinda algunas claves para valorar el exceso de información que por todos lados nos llega, para no caer en pánico y tomar las medidas correctas ante esta situación.
¿Hay algunas claves o señales para detectar cuándo una información es apócrifa?
Una primera idea siempre será buscar en más lugares la información que recibimos. Si la noticia o el aviso que te llegó está publicado en más lugares, especialmente en medios de comunicación reconocidos, merece más confianza ya que significa que periodistas profesionales hicieron el trabajo de verificarla antes de publicar.
Una segunda clave es dudar de la fuente: si se trata de "un pariente que tengo en el gobierno", "mi mamá que vino de la calle y acaba de ver que esto pasó", por supuesto debe merecer muy poca confianza. Si además se apela a "fuentes bien informadas" o "funcionarios cercanos la información", evidentemente merece mucha sospecha.
El periodismo profesional siempre intentará darle evidencias al consumidor para que pueda calibrar la calidad de la información que se le ofrece, no le pide confianza gratuita, sino que aporta pruebas para que obtenga certeza.
Un excelente ejercicio de los periodistas profesionales es que procurarán ofrecer diversas fuentes, incluso opuestas entre ellas, para contrastar la información que reciben.
La tercera clave es estudiar a fondo la información que nos ofrecen, no quedarse con la lectura del puro titular. La información profesional no solo es contundente e impactante, sino que además deja clara su utilidad y su relevancia, y por eso es necesario revisar que el relato completo tiene congruencia y lógica.
Siempre debemos verificar qué es lo que se está leyendo. ¿De qué día y año es esta supuesta nota informativa? ¿Se cita a "científicos de Harvard" o se les llama por su nombre completo? La dirección del sitio web, ¿de verdad corresponde con la marca que conocemos (por ejemplo, si dice "ITEZO" en vez de "ITESO")?
La cuarta clave es confiar en el instinto, sobre todo aquel que nos dice que las "cadenas" de redes sociales nunca han valido la pena. Hay que sospechar de la cadena de WhatsApp en donde nos avisan de que "no hay que salir a la calle porque el gobierno mandará helicópteros a fumigar contra el coronavirus desde las 11 de la noche".
Si fue un profesional de la información quien generó este aviso nos explicará qué respuesta obtuvo de las autoridades a las que consultó sobre el tema, a qué funcionarios pidió explicaciones, qué más sabe del tema y cómo debemos reaccionar.
Además, la lógica manda pensar en que el gobierno no solo soltará un rumor para que circule por allí, sino que hará avisos oficiales y formales. Si no ocurre así, los buenos periodistas cuestionarán a esa autoridad al respecto de sus prácticas informativas.
La quinta y última es tomarse un momento antes de compartir la información. Quienes hacen negocio con la desinformación esperan que nosotros la hagamos circular, así que nada perdemos con detenernos a sospechar de lo que estamos leyendo, tal vez evitemos que una falsedad o una mentira afecten a otras personas.
¿Qué medios recomiendas para estar informado?
Contrario a lo que muchos mexicanos creemos (la desconfianza contra los medios es un problema de nuestro país), hay mucho buen periodismo hecho en México. En los últimos diez años, sobre todo, han surgido muchas buenas iniciativas de periodistas profesionales que fundan sus proyectos para darle información de calidad a sus ciudades y comunidades.
Desde las elecciones de 2018 a la fecha muchos periodistas mexicanos han impulsado iniciativas de la práctica de verificación de información (la marca Verificado es un excelente ejemplo) que se dedican precisamente a desmentir rumores y falsedades que circulan en internet y en los medios.
Más que recomendar un listado de medios, me gustaría invitar a que creamos suspicazmente en los medios periodísticos de Guadalajara y de México: el trabajo de los medios no está completo sin ciudadanos críticos que verifican lo que estas empresas publican todos los días y que además exigen buena redacción, ortografía impecable; fotografías, videos y sonido de calidad; buen trabajo explicativo, análisis riguroso, etcétera.
Todos los periodistas podemos cometer errores, pero si tenemos una audiencia crítica, poco a poco los más profesionales destacan. Si comparamos lo que publica nuestro medio predilecto con lo que difunden otros nos volveremos mejores consumidores de información, blindados contra la mala intención de quienes desinforman y contra los errores y fallos involuntarios.
Recomendaciones para tener una buena dieta informativa
- Identificar los medios más confiables con base en el contraste de lo que publican y la comparación con otros medios.
- Mantenerse conectado pero sin saturarse. Las redes sociales son una buena opción para seguir el "tiempo real" de los medios más confiables.
- Sospechar de todo: preguntarse por las fuentes y por la autenticidad de lo publicado.
- Suscribirte a un medio de comunicación que ya merece tu confianza, sobre todo si es una marca local e independiente: significa que periodistas profesionales están alimentando su propio espacio para ofrecernos información profesional y merecen que los respaldemos. Hay periodismo de calidad en México, los ciudadanos podríamos ayudar a que perdure.
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