TV Azteca, los diarios de Chihuahua y nuestra relación con los medios de comunicación
Detalle BN6
- Inicio
- TV Azteca, los diarios de Chihuahua y nuestra relación con los medios de comunicación
TV Azteca, los diarios de Chihuahua y nuestra relación con los medios de comunicación
Iván González Vega, coordinador de Periodismo y Comunicación Pública, destaca que en una sociedad democrática los medios de comunicación deben tener libertades, pero también responsabilidades.
Iván González Vega, coordinador de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública del ITESO
En medio de una crisis como la que vivimos en torno al coronavirus (Covid-19), ¿a quién le creemos? En una democracia los ciudadanos deberíamos tener dos certezas: primero, que todos los actores con poder tienen agendas, así que estamos obligados a desarrollar un espíritu crítico ante la información pública en un ejercicio de responsabilidad como sus consumidores y, segundo, que los gobiernos también tienen agendas, pero además la función pública de generar información útil, expedita y de fácil acceso para todos y cada uno de los ciudadanos.
En una sociedad democrática los medios de comunicación serían, para todos los ciudadanos, instrumentos que permiten completar y mejorar la dinámica de información que nos resulte indispensable para vivir en comunidad. Ni omnipotentes, ni enemigos públicos, ni piezas sometidas al poder, sino actores que contribuyan a la vida en común, con derechos y libertades claras que todos defenderíamos pero con responsabilidades y obligaciones.
México es una democracia con mucho por hacer y, como ha puesto de relieve la contingencia sanitaria, nuestra relación con los medios de comunicación es uno de esos grandes pendientes.
El escándalo que generó Televisión Azteca cuando en su noticiario estelar, transmitido el viernes 17 de abril, el conductor Javier Alatorre lanzó de forma explícita un llamado a que los ciudadanos ignoremos los mensajes del gobierno federal en torno a la crisis por el Covid-19, ha generado ya suficiente repudio como para que consideremos que quedará impune.
Habría que poner en contraste el apercibimiento anunciado por la Secretaría de Gobernación contra TV Azteca y los procedimientos de sanción administrativa abiertos contra El Diario de Juárez y El Diario de Chihuahua, anunciados dos días antes. En lugar de confrontar al gobierno federal estos periódicos cometieron errores, aunque Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, ya pidió no sancionar a ambos periódicos.
Se trata de una conducta, más que polémica, del todo criticable que la segunda cadena nacional de televisión abierta del país lance dardos contra el gobierno sin más fundamento que algunas piezas noticiosas que plantean líneas de crítica a la política de la Presidencia de la República, pero que no son conclusivas.
El hecho es que Azteca Noticias no ha producido periodismo suficiente para persuadirnos de ignorar a Hugo López-Gatell, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud. La televisora ha generado piezas que documentan las inconsistencias en la comunicación social de los datos sobre la enfermedad –marcadamente, las quejas del Gobierno del Estado de Baja California por la diferencia entre la estadística federal y la de esa entidad–, pero no ha terminado de hacer preguntas, generar observaciones, contrastar fuentes y revisar datos que expliquen su afirmación de que el gobierno federal ha llegado a generar "desinformación total".
No lo ha hecho, y la obligación de Azteca Noticias, como de cualquier medio periodístico del país, es producir información útil, confiable y disponible para que cualquier ciudadano tome decisiones.
Las diferencias estadísticas entre los gobiernos son de fundamental relevancia para los ciudadanos. Pero si no hay periodismo suficiente y de calidad el contenido de un noticiario no es solo noticias mal hechas, sino desinformación.
Las razones por las cuales TV Azteca decide asumir este comportamiento no son lo más urgente de discutir, sino el efecto desinformativo que puede producir entre sus audiencias. Motivan a dejar de creer en un actor tan importante como el gobierno federal.
La alternativa saludable para el país sería que Azteca Noticias hiciera lo suficiente para producir información que documente los fallos y la incongruencia en el trabajo del gobierno federal, pero para lograrlo es necesario consultar más, preguntar más, analizar más y generar mejores piezas a partir de datos de mayor calidad. A eso se le llama hacer periodismo, independientemente de sus intereses y de los presuntos errores del gobierno. TV Azteca no lo hizo en este caso y el comentario editorial del conductor de su noticiario no abona a la comprensión, al debate ni al discernimiento de datos valiosos.
TV Azteca es la segunda cadena nacional de televisión abierta. Debe ser considerada un actor de peso para la vida pública de México. En un país que ha construido pocos mecanismos para que los medios de comunicación rindan cuentas el mínimo de civismo que se espera de una empresa que se dedica a la información de interés público pasa por defender reglas transparentes ante los ciudadanos.
Cualquier corporativo mexicano que entre sus negocios tenga el de operar medios de comunicación tiene la misma responsabilidad. Además de una disculpa, TV Azteca debe a la ciudadanía buen periodismo. Si la empresa lo considera digno de sus intereses este periodismo podría respaldar el cuestionamiento, la crítica y la denuncia. Sin él, la confrontación es tan solo irresponsable.
Noticia
Periodismo y Comunicación Pública