Ven necesaria la transformación de la universidad

Judith Morán

¿Cómo transformar el modelo tradicional que tenemos de universidad? Esta fue la pregunta que propuso Enrique Luengo González, profesor jubilado del ITESO, a los autores del libro La metamorfosis de la universidad, homenaje a Edgar Morin, que es el resultado de las conferencias y trabajos que se presentaron en el seminario internacional "Universidad, pensar y actuar para la humanidad", llevado a cabo en 2018 en esta casa de estudios. 

En la presentación estuvieron presentes los autores Elimar Pinheiro do Nascimento, académico del Centro de Desarrollo Sustentable de la Universidad de Brasilia; Luis Manuel Flores, académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile; Enrique Leff y Norma Georgina Gutiérrez, académicos de la UNAM; Jorge de la Torre, profesor de la UdeG; Carlos Eduardo Maldonado, académico de la Universidad El Bosque, Colombia; Miguel Bazdresch, profesor emérito del ITESO; Miguel Viguri Axpe, académico de la Universidad de Deusto; José Luis Solana, académico de la Universidad de Jaén, España, y Nely Vásquez Pérez, profesora invitada en la Facultad de Teología del Norte de España. 

Para Leff, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, la universidad debe jugar otro papel en la humanidad y recordó al filósofo Louis Althusser, quien decía que la educación era un aparato ideológico al servicio del Estado: "(…) y no nada más del Estado nación, la universidad ha sido funcional al proceso de modernización que está jalado por los ejes de una racionalidad técnico económica al estarse adaptando a los acelerados cambios tecnológicos para dotar a la economía de las capacidades humanas", señaló.

Agregó que estamos ante una crisis humanitaria y planetaria para todas las instituciones y la universidad ha sido reticente a transformarse. "La primera pregunta es si la institución universitaria está en capacidad de responder, cuando nos enfrentamos día a día a su rigidez institucional; (…) en la recomposición del planeta la universidad no monopoliza el conocimiento, las grandes transformaciones se están dando fuera de ella". 

Leff consideró que la universidad tiene que abrirse al diálogo de saberes y a otros esquemas de comprensión del mundo. La transformación de esta institución debe pensarse no como una adaptación al mundo que está siendo atraído por la modernidad. "Tenemos que poner un propósito y ahí el propósito es la vida, no es el progreso por el progreso, el propósito es primero salvar la vida y los sentidos de la vida, y esos no se están forjando en la universidad". 

Luis Manuel Flores, académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dijo que la idea de metamorfosis no alude a un cambio de forma, sino al cambio de una estructura. Es una transformación, y en el caso de las universidades la reforma de pensamiento no se refiere sólo a lo curricular, advirtió.

Para el profesor las universidades no están tejiendo redes. "La reforma del pensamiento no es un cambio metodológico del conocimiento, sino un giro estratégico de los saberes en su conjunto, no solo asumir una nueva teoría o paradigma del conocimiento, como sería por ejemplo la física de Einstein, sino introducir una reforma de la política y de las instituciones". 

Citando a Edgar Morin, doctor Honoris Causa por el Sistema Universitario Jesuita (SUJ), Flores destacó que "no hay una reforma económica y social sin una reforma política que a su vez requiere también una reforma del pensamiento", y señaló que ésta implica un desafío político y ético de las instituciones educativas en general. 

Abdeljalil Akkari, director del Departamento de Educación de la Universidad de Ginebra, Suiza, comentó que La metamorfosis de la universidad, homenaje a Edgar Morin "es un libro con un pensamiento radical. La universidad es por definición una institución conservadora y la publicación nos sacude". 

"Permite pensar de manera diferente las tres misiones de la universidad: enseñanza, investigación y pacto social", y cuestiona que los programas académicos estén organizados en disciplinas, quedándose en el modelo de especialización. 

Miguel Bazdresch, profesor emérito del ITESO, se refirió a algunos de los puntos expuestos por otros de los autores del libro.

"Elimar Pinheiro propone tres cosas: flexibilidad, autonomía y solidaridad como ingredientes del cambio de la universidad que nos permitan olvidar la centralidad de los contenidos, que es uno de los ingredientes más conservadores que tiene la universidad", dijo Bazdresch, y agregó que la invitación es a que la universidad esté en el mundo y no en un salón de clase. 

"Abiertos a lo que el mundo nos propone y nos pregunta, nos cuestiona. Por eso Elimar propone una universidad en un mundo que pueda debatir, que privilegie la tolerancia para poder escuchar el debate y sacarle fruto". Este debate, añadió,  debe tener el método de transdisciplina para integrar diversas propuestas en un tejido que permita ir más allá de las posturas, que no excluya ningún pensamiento sino que los pueda articular. 

De lo expuesto por Jorge de la Torre, Bazdresch mencionó que la universidad debe atreverse a afrontar las apariencias y "al fetiche de la mecanización del conocimiento", y por lo tanto debe abrirse a la creatividad, dedicarse a desentrañar los saberes y hacer con ellos lo que demanda el mundo en crisis humanitaria. 

El ejemplar, editado por esta casa de estudios, puede descargarse de manera gratuita en las plataformas de Google Play, iTunes, Google Books y Amazon.