Alimentar la desinformación debilita la democracia
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Alimentar la desinformación debilita la democracia
Yurij Castelfranchi, investigador de la Universidad de Minas Gerais, destacó en la sesión de junio del Café Scientifique ITESO que las noticias falsas surgen por negocio o intereses políticos, entre otras razones.
Érika Torres
En tiempos de crisis suelen crearse noticias falsas (fake news) o teorías de la conspiración, es decir, argumentos que se presentan como verdades para tratar de justificar alguna situación. Este fenómeno no es nuevo, explicó Yurij Castelfranchi, investigador de la Universidad de Minas Gerais, en Brasil, y coordinador del Observatorio Interdisciplinario Innovación, Ciudadanía, Tecnociencia (InCiTe), durante su participación en la sesión de junio del Café Scientifique ITESO.
Muchos de los conflictos bélicos se generaron a partir de la desinformación, incluso antes de que existieran la prensa y la comunicación de masas, solo que ahora las redes sociales expanden las noticias falsas muy velozmente, mencionó el investigador.
Paradójicamente, la enorme cantidad de información existente genera desinformación que afecta a todos los ámbitos, incluyendo las bases de la democracia. Cuando se producen mentiras y versiones encontradas se genera miedo y desconfianza frente a las instituciones (gobiernos, medios de comunicación, iglesia, entre otros actores), lo que representa un peligro para la democracia.
"Las columnas que sustentan la posibilidad de democracia son las instituciones, que fungen como mediadoras entre las distintas miradas y personas", dijo el antropólogo social.
¿Cómo surgen las noticias falsas?
Las noticias falsas surgen por muchas razones y desde distintos grupos, señaló el académico italo brasileño. En algunos casos son mentiras construidas por fundamentalismos o grupos que las crean por dinero, y también puede haber intereses políticos detrás, ya sea de grupos antagónicos al interior de un país o bien desde naciones extranjeras que buscan menguar la democracia en otro.
Se trata de un fenómeno difícil de combatir, reconoció Castelfranchi, pues las falsas noticias y teorías proliferan de varias formas. Por una parte, existen los bots que son programaciones que manejan identidades falsas en redes sociales cuyo papel es compartir todos los posts de grupos específicos. También existen las "haciendas de likes", que son empresas que compran muchos celulares y contratan a personas para que den clics y likes a ciertos temas. También hay quienes pagan para que se movilicen ciertos temas.
Pero la desinformación también se nutre de envíos entre familiares y personas que genuinamente pasan la información "por si fuera cierta".
¿Por qué compartimos esta información?
Propagar y, en muchas ocasiones, creer en noticias falsas o teorías de la conspiración no depende de la escolaridad o del grado de cultura, destacó el especialista. Estos mecanismos funcionan a partir de movilizar las emociones, no los pensamientos, señaló.
"La movilización a partir de un miedo moral ciega la mente, en situación de conflicto entre grupos muy polarizados el raciocinio ya no funciona, incluso hasta las personas ‘mejor formadas' pueden ser más susceptibles a creer en estas publicaciones de desinformación", explicó.
De acuerdo con este sociólogo de la ciencia, en momentos de crisis se construyen historias y las creemos porque reivindican nuestras posturas emocionales. "Dan respuestas a situaciones que sentimos que se nos salen de control. Una característica de las teorías de la conspiración es que siempre tienen un culpable, es una respuesta sencilla con un culpable moral".
El problema, afirma, es que esto lleva al fenómeno de la postverdad, en el cual la gente valora y comparte información más por las emociones que por la veracidad. "Este tipo de historia te legitima en tu prejuicio, en tus valores morales, te fortalece en sentirte en el lado cierto de la historia", afirmó. De esta manera pierde relevancia si es o no verdad, y lo que se vuelve importante es el tipo de miedo, de lucha, de creencia o de esperanza que esa noticia reivindica.
¿Qué podemos hacer?
Podemos ayudar a contrarrestar la desinformación dejando de compartir algo que sospechamos que no es verdadero. "Si una narrativa te despierta indignación o enojo, podría ser falsa. Está hecha para engañar las emociones", mencionó. Otra característica de las noticias falsas es que suelen tener títulos muy fuertes, emojis o imágenes agresivas también.
"Así que el primer paso es no compartirla, después si consideras que vale la pena, puedes verificar si es verdadera o no. La manera de hacerlo es por ejemplo en Google buscar el origen de las imágenes, y ahí muchas veces puedes ver que fueron fotomontajes", recomendó.
La charla completa con Yurij Castelfranchi puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=Xn0EE3K7DBU.
Décimo séptimo aniversario del Café Scientifique ITESO
La próxima sesión del Café Scientifique se llevará a cabo en septiembre próximo para celebrar los 17 años de este proyecto en la universidad, con la presencia del químico y comunicador de la ciencia español Pere Estupinyá.
Para conocer más sobre el Café Scientifique ITESO, visita el sitio https://cultura.iteso.mx/cafe_scientifique.
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