La comunidad wixárika se manifiesta en defensa de su territorio
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La comunidad wixárika se manifiesta en defensa de su territorio
Representantes de diferentes grupos wixaritari señalan que la unidad es importante para lograr visibilidad nacional e internacional.
Adriana López-Acosta
"Nos reconocen que existimos. Eso a veces nos hace sentir tan halagados. Se nos toma la foto y ya, se acaba, ¿y qué sigue?", opinó Mijares Valdez Bautista, presidente de bienes comunales de Santa Catarina. Por eso, dice, prefieren concentrarse en pensar en lo que falta por lograr.
"Son un sinfín de atropellos y anomalías que ocurren en nuestras comunidades y por eso tenemos la necesidad de hacer estos pronunciamientos alternativos a los oficiales que hace el Presidente de la República", señaló Ubaldo Valdez Castañeda, secretario de bienes comunes de San Sebastián Teponahuaxtlán-Wautia, en la rueda de prensa previa al foro "El pueblo wixárika en la defensa del Kierakri, su territorio".
La Casa ITESO Clavigero, con la coordinación del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano y el Centro de Investigación y Formación Social (CIFS), fue el espacio que acogió el 10 de agosto a los representantes wixaritari de San Sebastián, así como a los de las comunidades de San Andrés Cohamiata, Tatei Kié, Santa Catarina Cuexcomatitlán-Tuapurie, Tuxpan de Bolaños-Kuxuri Manuwe, y Bancos de San Hipólito-‘Uweni Muyewe. Sus territorios se extienden por los estados de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit, y trabajan como frente común para la defensa de sus derechos.
En su pronunciamiento destacaron que la unidad es necesaria para visibilizarse nacional e internacionalmente, por lo que las comunidades wixaritari están agrupadas en el Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta.
Asimismo demandaron al Estado mexicano el reconocimiento como pueblo indígena y que sean considerados como sujetos de derecho público dentro de los estándares más altos, y enfatizaron la cancelación de todas las concesiones mineras en el territorio sagrado de Wirikuta, dentro de las más de 140 mil hectáreas que abarca el área natural protegida, así como el respeto a sus formas autónomas de decisión y organización.
Durante la actividad también se exigió el reconocimiento y protección de los territorios y lugares sagrados, principalmente Hauxa Manaká, ubicado en San Bernardino, municipio de Pueblo Nuevo, Durango; Xapawiyemeta, de Chapala, Jalisco; Teekata, en el corazón del pueblo wixárika; Haramara, en San Blas, Nayarit, y Wirikuta, en los municipios de Real de Catorce, Charcas, Vanegas, Villa de la Paz y Villa de Ramos, en San Luis Potosí.
"A pesar de que los pueblos indígenas a nivel mundial somos agredidos y discriminados en nuestros derechos fundamentales, seguimos siendo la bandera y el origen de la población mexicana. Por ende, somos el soporte, por nuestra riqueza natural y cultural", declaró Santos de la Cruz, representante de la comunidad de Durango Bancos de San Hipólito.
El valor de la tierra
El pueblo wixárika lleva más de 40 años en la defensa de sus lugares sagrados, que están en riesgo por diversos factores como las expropiaciones mineras, los intereses comerciales o la construcción de vías de acceso que dañen su territorio.
Para entender su defensa, según mencionó Rubén Ávila, asesor jurídico del pueblo wixárika, es necesario comprender la visión que estos pueblos tienen sobre sus tierras y territorios, la cual es diferente a la de la población no indígena.
"Nosotros vemos la tierra como una mercancía negociable o que se puede transferir. Ellos no tienen esa visión, y eso ha provocado su férrea defensa a sus tierras. Para tratar de solucionar sus problemáticas siempre recurren ante la autoridad y son respetuosos, pero firmes en sus demandas, aunque la autoridad no siempre tiene respuestas rápidas y efectivas. Poco a poco ellos han ido logando reivindicar la lucha de su tierra como un eje fundamental de su existencia", dijo Ávila.
Entre los casos más graves de su lucha está el de Bancos de San Hipólito, en el que quedaron segregados de su comunidad madre, San Andrés Cohamiata; por la división territorial de estados, más de 10 mil 120 hectáreas que quedaron geográfica y políticamente dentro de Durango, están fuera de la titulación.
Desde 1965 luchan por el reconocimiento y titulación de bienes comunales. Por manejos indebidos de la autoridad agraria de ese tiempo, aunque Bancos de San Hipólito había recibido el mandamiento gubernamental por el gobierno de Durango, la Comisión Agraria Mixta entregó a otro núcleo agrario no indígena la tierra, y no dio derecho de audiencia a los wixaritari. Lograron nulificar la resolución desde 2000, y la lucha continúa porque se les reúna con el resto de su comunidad.
Se trata de un proceso que podría sentar un precedente en las luchas por la recuperación de sus tierras. "Si se resuelve, tendría que hacerse lo mismo con pueblos que tienen la misma situación que nosotros en Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Por eso quizá lo quieran frenar. Es como un niño al que le dan un dulce, y entonces por qué no darlo a los otros", contó Santos de la Cruz.
Los casos de discriminación también son recurrentes. Muchos integrantes de la comunidad wixárika han salido a las ciudades, como Guadalajara, que de acuerdo con Antonio García Mijares, miembro de una minoría Tatei Kié que habita la ciudad, ha sentado una oposición contra los indígenas por medio de la discriminación. "Pocos sobresalen económicamente. Es dura la ciudad".
Sin embargo, Antonio menciona, "hoy hay una generación de jóvenes que cuestiona esto, y ya no sólo en las comunidades indígenas, sino también dentro de las ciudades. El movimiento indígena en las ciudades es muy importante porque sensibiliza a los otros para pensar en una sociedad plural".
Muchos programas gubernamentales, dice Mijares Valdez, de Santa Catarina, "son de escritorio y no operan en nuestro contexto. Y nos juzgan que somos anti desarrollo. Pero quisiera que se entendiera que ataca nuestros usos y costumbres. Por eso hoy estamos aquí reunidas las autoridades compartiendo ideas, y sobre todo para dar a conocer esto y más allá de donde alcanza nuestra voz".
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