Los medios públicos no deben estar al servicio de funcionarios

Indira Mariscal

Algunas de las televisoras públicas en México operan como extensiones de las oficinas de comunicación social de los gobiernos en turno, coincidieron en señalar los académicos invitados al Foro Medios Públicos, por QUID, Observatorio de Medios del ITESO.

"Nos tiene que poner en alerta a los ciudadanos que hay una clarísima intención de funcionar como medios gubernamentales y al servicio de los funcionarios, el gobernador [Aristóteles Sandoval] tiene gran presencia, existe la censura, nos consta y se pierde la objetividad", expresó Cristina Romo, profesora emérita del ITESO y especialista en legislación de medios y derecho a la información.

Además de Romo, en el Foro celebrado el jueves 20 de marzo participaron los maestros Juan Manuel Velázquez, quien ha sido colaborador en diferentes proyectos de medios comerciales y públicos como productor y conductor de programas en radio y televisión,  Humberto Darwin Franco, profesor y periodista.

Para los ponentes, los contenidos y la programación que transmiten los medios públicos no son adecuados para que pueda cumplirse el objetivo de un medio de este perfil, que es servir a la sociedad y promover su participación activa.

"Atender las necesidades, las expectativas y los deseos de la sociedad debe ser el empeño de los medios, y no sólo ser respaldo de los actos de gobierno", dijo Romo.

"Una manera de controlar lo público es hacer creer que lo público es lo del gobierno", mencionó Velázquez. Por eso enfatizaron la importancia de romper con la idea de que los medios públicos pueden ocuparse de lo gubernamental sin caer en la propaganda.

Para Darwin, los ciudadanos son los grandes ausentes de estos espacios, pues consideran que ciertos asuntos no son de interés público hasta que les tocan los bolsillos, y sugirió que la comunicación que brindan estos medios tiene que verse como un derecho.

Los conferencistas expusieron que los asuntos públicos también pueden ser rentables si se abordan de manera creativa y profesional, y se deja de ver al público como un cliente para empezar a verlo como un ciudadano, esto con la intención de formar audiencias críticas que demanden más calidad en los contenidos de los medios que mantienen con sus impuestos, contribuyendo así a la defensa del derecho a la información de la sociedad.