Exponen aciertos e inconsistencias de la reforma fiscal

Adriana López Acosta

Un debate entre expertos sobre los cambios que trae consigo la reforma fiscal para los contribuyentes se llevó a cabo en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, del ITESO, el pasado 29 de enero. Los cambios fueron abordados desde el derecho y la contaduría.

Ernesto Manzano García, socio del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, declaró que ya llegó el futuro al que no se quería llegar y que los contribuyentes están controlados por donde sea.

Roberto Becerra Zavala, coordinador de la Licenciatura en Derecho, moderó la charla y recalcó que contribuir es una de las obligaciones de los mexicanos. Los participantes fueron Manzano y María del Carmen Carrillo Maravilla en la parte de contaduría pública, y Rigoberto Reyes Altamirano, Eduardo Fidel Juárez Moya y Marco Aurelio Núñez Cué en la intervención de derecho.

La charla se dividió en dos partes: los tres abogados desmenuzaron el Código Fiscal de la Federación (CFF) y la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, y los contadores públicos hablaron sobre los cambios a la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) y la Ley del Impuesto al Valor Agregado (LIVA).

De manual a digital

Los cambios más relevantes al CFF fueron los de transición manual a electrónica, y los más comentados en el debate. Reyes señaló que la carta de revisión electrónica, que publica los nombres de quienes serán revisados por discrepancias fiscales, viola la presunción de inocencia, y cuestionó al artículo 45, que obliga a poner a disposición del Servicio de Administración Tributaria (SAT) personal que trabaje en la revisión de contabilidad de manera electrónica.

Juárez resaltó lo positivo de que se elimine la contabilidad manual por la eficiencia de los procesos.

Sin embargo, Núñez expresó su preocupación de que no hay seguridad jurídica en cuestiones electrónicas aplicadas a la recaudación de impuestos.

Entre las novedades relacionadas con la transición digital, está la apertura del buzón tributario, que es el medio por el cual la autoridad fiscal realizará las notificaciones electrónicas por documento digital de actos administrativos, a través del portal de internet del SAT. Entrará en vigor el 30 de junio, pero para personas físicas será hasta enero de 2015.

Núñez señaló que hay elementos cuestionables con lo aprobado en la reforma fiscal para el uso de buzón tributario, como la aplicación del huso horario y la notificación por correo electrónico o celular.

Contra la evasión

Con la reforma fiscal la evasión de impuestos será más fácil de detectar, y los empleados dependientes de terceros serán los más vulnerables, al ser este sector el principal número de contribuyentes que sostiene al SAT, según comentó el Manzano.

Carrillo hizo hincapié en que, aunque se elimina el impuesto del tres por ciento a movimientos en efectivo, la reforma va por el control del efectivo de los contribuyentes.

Las tarjetas de crédito ahora son fiscalizadas, e incluso aquellas de tiendas departamentales y tiendas de conveniencia. La recomendación de Carrillo es declarar todos los ingresos de pago definitivo y también los que no causaron impuestos. Manzano advirtió que ahora será muy riesgoso no saber manejar una cuenta bancaria, porque todo está conectado al SAT.

El SAT tiene en la mira a las Empresas Facturadoras de Operaciones Simuladas (EFOS) y a las Empresas que Deducen Operaciones Simuladas (EDOS). Manzano señaló que cuando una empresa compra facturas el problema no es fiscal, es de lavado de dinero y la pena se paga con cárcel. Tanto quienes expiden facturas de estas empresas como quienes las adquieren pueden ser juzgados.

En lo positivo, Juárez mencionó que con la reforma fiscal, una persona física ya puede tener un representante para tramitar la Firma Electrónica (Fiel) para el SAT en casos extraordinarios.

El régimen de incorporación para personas físicas (tratamiento fiscal para este sector con actividades empresariales y para las personas que prestan servicios que no requieran título profesional, con ingresos de hasta dos millones de pesos anuales) es un avance, coincidieron Reyes y Carrillo.