Invitan a repensar los modelos educativos y a educar en colaboración

Adriana López-Acosta

"Habitar el siglo 21 no es una meta", afirmó la doctora María Guadalupe Valdés, jefa del Departamento de Educación y Valores (Deva) del ITESO, "sino una forma de cuestionar, reflexionar e indagar, una práctica educativa en relación con el mundo".

Con un mensaje de ella y una intervención a cargo del rector del ITESO, Juan Luis Orozco, SJ, comenzó el XXI Simposium de Educación "Educar para habitar el Siglo XXI", el cual se lleva a cabo en las instalaciones de la universidad del 26 al 28 de febrero.

La necesidad de pensar y crear nuevas formas de enseñar fue planteada por el Rector, quien cuestionó el hecho de que mientras el sistema educativo vigente se centra más en contenidos específicos, en el resto de los sistemas sociales lo que impera es la flexibilidad, por lo que habría que repensar las estrategias y los modelos educativas.

"[Hay una] necesidad de metamorfosis, de abrir la escuela a la realidad para que los estudiantes no sufran con esa bipolaridad de sistemas", dijo Orozco en el acto inaugural del simposium.

La tecnología no es una herramienta, es un entorno educativo

En los cursos que imparte en la Universidad de Valencia, Cristóbal Suárez no sólo les permite a sus alumnos utilizar sus celulares, sino que los incita a que usen redes sociales como Facebook y Twitter para enriquecer su clase con información de otros que, en tiempo real, sean capaces de sumarse a las dinámicas en el aula, aportando documentos y reflexiones.

Él y sus alumnos, explicó en la conferencia inaugural titulada "Cultura pedagógica en red", se vinculan con el mundo del conocimiento a través de hashtags.

"En internet encontramos redes", aseveró el doctor en Educación por la Universidad de Salamanca. "Hay que pensar y actuar en red en la educación".

"¿Qué aporta la tecnología a la educación?" fue la pregunta central de su participación, y para responderla afirmó que la clave es dejar de pensar en la tecnología como un mero instrumento —una laptop, una tablet, un sitio web— y verla como un entorno que reconfigura las maneras en las que toda una sociedad se desarrolla, piensa, convive, aprende y aporta.

"Internet es un estadio de desarrollo en el que nosotros nos configuramos y nos ampliamos", abundó.

Vistos como espacios específicos, Suárez volvió su mirada a los modelos tradicionales de educación, con sus dinámicas y sobre todo con sus entornos, los cuales tienen sus problemas y soluciones muy definidos. Pero un entorno físico ya no es independiente del entorno digital, y sugirió combinar las dinámicas de ambos, instalando así a la tecnología en las aulas como un espacio más de aprendizaje colectivo, en el que las barreras entre la educación formal e informal son más difusas.

La pedagogía en red, admitió, sigue en construcción, y no tiene la misma velocidad que los elementos tecnológicos porque requiere de más estudio. Pero algo que ya tienen en claro aquellos que incorporan este nuevo modelo es que la red internet no es sólo un material didáctico; implica un entorno de acción y representación educativa. Las personas en red configuran nuevas condiciones sociales de aprendizaje que son menos unilaterales y más colectivas.

"Subir, crear, descargar, enviar, compartir, visualizar, conversar. Imaginen las cosas que se pueden hacer en la educación recuperando todos estos flujos de información, y todos convertirlos en condiciones sociales de aprendizaje", destacó el conferenciante.