La malnutrición no es exclusiva de los países en pobreza
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La malnutrición no es exclusiva de los países en pobreza
Flavio Valente, secretario general de FIAN Internacional, advierte que este problema no es causado por la falta de producción de alimentos, sino por la inequidad.
Judith Morán
La mala alimentación no es un problema exclusivo de las zonas que viven en la pobreza. Una parte de la población de los países desarrollados padece problemas de malnutrición y obesidad, advierte Flavio Valente, secretario general de FoodFirst Information and Action Network (FIAN Internacional), organización que defiende el derecho a la alimentación.
"Ejercer el derecho a la alimentación, una responsabilidad de todos" es el tema del Cuarto Foro de Soberanía Alimentaria y Nutrición en el ITESO, organizado por la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos en conjunto con el Centro de Formación Humana (CFH) de la Universidad Jesuita de Guadalajara, que se lleva a cabo del 6 al 9 de octubre y en el que participa Valente.
"Alemania tiene una de las tasas más altas de obesidad hoy día, junto con Estados Unidos y México. Son países donde se observa que la obesidad es más frecuente en los grupos más pobres", debido a que su alimentación carece de nutrientes, dice el conferenciante.
De acuerdo con datos de 2014 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México 64.4 por ciento de la población adulta es obesa, lo que representa un incremento de dos puntos con respecto a las cifras de 2010.
En Estados Unidos la cantidad de personas mayores de 18 años con sobrepeso también va a la alza, pues de 65.5 por ciento que había en 2010 aumentó a 67.3 por ciento el año pasado. Alemania también presenta incremento en sus cifras de obesidad.
El secretario general de FIAN Internacional detalla que el riesgo de obesidad es mayor en los niños que sufren de desnutrición desde su nacimiento hasta que cumplen los dos años de edad, ya que su cuerpo se predispone a absorber más comida y se hace más eficiente a la hora de guardar reservas.
La mala nutrición y el hambre no se deben a la falta de producción de alimentos. "Hay alimento suficiente en el mundo. En realidad, hay más que el necesario. Existe un desperdicio de cerca de 30 o 40 por ciento de todo el alimento en el mundo, porque no llega a la mesa de las personas que lo necesitan", indica.
Valente asevera que se trata de un problema económico, político y social. Además, coloca a la inequidad como la causa principal del hambre y pone sobre la mesa que ningún país tiene políticas de salud pública relacionadas con la seguridad alimentaria que aborden los derechos de las mujeres.
El conferenciante ejemplifica con lo que ocurre en países asiáticos, donde más de la mitad de los matrimonios son contraídos por menores de edad. "Son niñas que son vendidas por sus familias para un hombre más viejo. Se tornan esclavas sexuales, en cierta manera, se embarazan cuando no están totalmente desarrolladas, compiten con los niños por la nutrición interna y los dos acaban el embarazo mal nutridos. Aproximadamente, la mitad de los casos de mala nutrición son debido a esto".
Es por este tipo de situaciones por las que Valente que considera que "no es que haya una falta de política de seguridad alimentaria. Hay una política de hambre y malnutrición que se produce por intereses económicos", y recuerda la crisis alimentaria que sufrió África en 2008, cuando el G8 (formado por los ocho países más industrializados del mundo) propuso una alianza entre ellos y las naciones africanas con el objetivo de reducir el hambre.
De acuerdo con el secretario de FIAN, se trataba de un plan de inversión de empresas, en cuyas cláusulas se incluía hacer cambios en las leyes de tierras y semillas de esa región, que establecían que los pueblos africanos no podían intercambiar semillas, lo que garantizaba que éstas pudieran ser compradas por compañías como Monsanto.
Valente reconoce que la situación alimentaria del mundo ha mejorado un poco en los últimos 50 años, aunque "es inaceptable que todavía tengamos cerca de 800 millones de personas que se van todos los días a la cama con hambre y que dos mil millones de personas tienen otros problemas de nutrición".
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