Al final de cuentas, en todo hay remolinos
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Al final de cuentas, en todo hay remolinos
Raúl Cruz, experto en física de fluidos, explicó en el Café Scientifique ITESO el rol de los laboratorios en la simulación de fenómenos naturales.
Maya Viesca
Si en una tina con agua se pasan por encima del contenido un dedo o una cuchara, se formarán dos remolinos. Cada uno de ellos gira en sentido contrario a su par.
Durante la sesión del Café Scientifique ITESO del pasado 6 de octubre titulada "Cómo se forma y destruye un ciclón: acercamiento a un laboratorio de física", Raúl Cruz, investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y experto en física de fluidos, planteó cómo cualquier fluido, dada su viscosidad y la fricción que genera, produce remolinos.
"¿Cómo se forman los remolinos? Por la viscosidad. ¿Cuánto duran? Depende también de su viscosidad, que es la misma que los va frenando", comentó Cruz.
"A todo esto puede buscarse una solución analítica, como lo hizo Newton. También numéricamente, pero hay problemas en donde hay más incógnitas de las que una ecuación puede soportar. Entonces, ¿qué se puede hacer? Ir al laboratorio y tratar de simular la naturaleza, pero en condiciones controladas", explicó el experto.
Durante la sesión, Cruz dijo lo que se hace en un laboratorio como el que coordina, cuyo trabajo es reproducir la rotación de la tierra y su curvatura; forzar elementos que pueden alterar la temperatura, la densidad, la viscosidad de los fluidos o de los campos electromagnéticos.
"En el laboratorio se ve exactamente lo que está pasando, el problema es cómo medirlo", afirmó Cruz, quien agregó que actualmente trabaja en una explicación, a partir de una tesis de un alumno, de lo que sucedió hace unos años con el huracán Jova, que golpeó las costas de Jalisco, y cuya agresividad "consistió básicamente en que no se desplazó".
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