El derecho con perspectiva de género
Detalle BN6
- Inicio
- El derecho con perspectiva de género
El derecho con perspectiva de género
Académicas discutieron sobre la forma en la que los roles culturales de género afectan el ejercicio del derecho para las mujeres.
Adriana López-Acosta
En el ejercicio del derecho familiar se juegan los roles de género y a veces está en riesgo la integridad de las mujeres. Una disputa por pensión alimenticia puede convertirse en violencia de género. La batalla por la custodia de los hijos, también. Un acoso por parte de la ex pareja de una mujer puede culminar en feminicidio si no se comienza a tratar cada caso con perspectiva de género.
Así lo consideraron Dosia Calderón Maydon y Cinthia Gabriela Ramírez Fernández, abogadas y académicas del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO, en el panel "Una mirada desde feminismo jurídico", que se llevó a cabo el 1 de noviembre y fue organizado por la Red de Género ITESO y el Programa Interinstitucional de Derechos Humanos y Paz.
"Es relevante reflexionar sobre el uso de nuevas herramientas, como el feminismo jurídico y la perspectiva de género, porque ayudan a visibilizar las necesidades específicas de un sector mayoritario de la población y cómo hay una formación teórica detrás de estos movimientos, respaldo académico, formal y riguroso", dijo Calderón.
Al aplicar la perspectiva de género al ámbito jurídico, se revelan situaciones que afectan de forma desproporcionada a las mujeres. El caso más común es el acoso o la violación sexual, pero hay matices que no se detectan en el ejercicio del derecho si no se toma en cuenta esta herramienta.
Antes de la ley, están las identidades masculinas y femeninas, que tienen mucho que ver con las dinámicas del derecho familiar.
El hecho de que socialmente en México se reconozca al hombre como proveedor y dueño del espacio público, y a la mujer como soporte emocional del espacio privado, contribuye a reforzar estereotipos de género que afectan más que las identidades. Este es el sustento de las regulaciones en pensión alimenticia, el reparto de bienes en divorcio o pensión entre cónyuges.
"Esos roles de género hacen que tengamos pensado que la familia se funda en el matrimonio entre un hombre y una mujer. De ahí derivan regulaciones permeadas por la cultura de género, como la imposibilidad del matrimonio entre personas del mismo sexo o la resistencia social a que se dé", dijo Ramírez.
También se ejerce violencia de género y abuso psicológico en la comprensión judicial y civil del derecho.
La pensión entre cónyuges se abrió tanto a hombres como a mujeres, pensando en que se abriría en un futuro a la posibilidad de hombres en el espacio doméstico. En la práctica, comentaron las abogadas, esto ha provocado que hombres dejen de percibir sueldos formales para justificar el que no paguen pensión alimenticia, y aun con la custodia de los hijos por parte de las madres, ellos exijan a sus ex parejas su manutención.
Las órdenes de protección de emergencia o preventivas en casos de abuso por parte de cónyuges, por ejemplo, se supone que tienen carácter urgente, pero no siempre se prioriza la protección de la víctima por encima de los trámites burocráticos o procedimentales.
"Hay una falta de organización grave. Muchos feminicidios pudieron haber sido evitados si esto se atendiera de manera correcta", señaló Ramírez.
"La perspectiva de género permite hacer análisis sobre cómo está configurada la idea de familia en determinada sociedad, el trabajo público, cuáles son las dinámicas de género que guían las relaciones laborales entre hombres. Todo eso permite desentrañar estas cuestiones culturales y luego ir al derecho para revisar cómo cada caso debe ser tratado dependiendo de sus contextos", explicó Calderón.
Noticia