Ser ciudad es tener acceso digno a todos los servicios
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"Ser ciudad es tener acceso digno a todos los servicios"
Marcel Sánchez-Prieto, profesor del Verano Internacional, enseña a planear proyectos que mejoran la calidad de vida en asentamientos irregulares.
Judith Morán
¿Un lugar considerado peligroso por sus propios habitantes puede cambiar con un edificio? Ese espacio ¿puede ser motivo de organización ciudadana o hacer que los niños dejen de dibujar metralletas? Todo ello podría ocurrir, según la experiencia de Marcel Sánchez-Prieto del despacho CROstudio de San Diego, quien impartió la clase "Paisajes oportunistas" en el Verano Internacional del ITESO.
El arquitecto, egresado de la Universidad Iberoamericana (Uia) Ciudad de México, se encargó de diseñar la biblioteca Casa de las ideas en Tijuana. Un edificio de 220 metros cuadrados en la Colonia Camino Verde, un asentamiento irregular que era considerado una de las zonas con mayor delincuencia en la ciudad fronteriza.
"Cuando no existe una integración a la ciudad la gente recurre a la delincuencia", afirma luego de explicar que lo primero que se hizo fue un diagnóstico del lugar antes de definir el proyecto.
La idea original era que las paredes exteriores fueran un ‘lienzo' para los grafiteros de la zona, pero los habitantes decidieron que se conservara con el color blanco, que permanece hasta hoy.
Desde su concepción se buscó que las personas se acercaran al edifico. No se construyó una valla y cuando una funcionaria de gobierno colocó una malla a su alrededor con la intención de darle al recinto otro uso, la reacción no se hizo esperar, los vecinos se manifestaron hasta que consiguieron que les regresaran la Casa de las Ideas.
Ahora hay un sinfín de actividades: cine, talleres de radio y video documental, o lectura de literatura mexicana, por ejemplo. "Es una gratificación estupenda ver que el edificio ya tomó vida y la misma gente le está dando vida al edificio".
Sánchez-Prieto ve cambios en la colonia Camino Verde, como el hecho de que en los dibujos de los niños no hay metralletas sino gente jugando o su familia, pero es cauto: "No quiere decir que se resolvió todo, no es cierto, no lo hemos cambiado en su totalidad, pero ahora puedes entrar ahí, no sientes que te van a hacer algo, ni ellos sienten que se van a hacer algo. Eso es lo más importante, que ellos se sientan seguros".
La Casa de las Ideas también propició la integración de la comunidad con el Gobierno y con instituciones privadas como Tijuana Innovadora y USAID, que han aportado dinero para mantener los programas de la biblioteca.
Escaneando Pueblo Quieto
El oportunismo puede tener una connotación negativa, sin embargo en el curso de Sánchez-Prieto se trata de encontrar oportunidades en espacios tales como asentamientos irregulares que, a decir del arquitecto, son menos controversiales que los ilegales.
-¿Cómo insertas un proyecto arquitectónico en un asentamiento irregular?
Ese es el tema que estamos desarrollando en el curso de "Paisajes oportunistas", en el sentido de encontrar las cuestiones oportunistas del espacio. El oportunismo a veces lo entendemos como algo negativo, como una persona o algo que es como ventajoso. Esos asentamientos irregulares son por sobrevivencia, su idea es qué alternativa tengo para poder estar cerca de los recursos que la otra gente tiene.
Entonces cuando tienes estos espacios con la necesidad encontrar la forma de crear servicios lo primero es tener un acercamiento con la gente del espacio. En mi práctica he trabajado con el Gobierno y con la comunidad. Un proyecto arquitectónico no es la solución total, pero es un medio que permite mantener un diálogo entre estos diferentes núcleos sociales.
-¿Por qué las construcciones legales son más controversiales?
Podemos decir que lo que hace Urbi, Geo y otros grandes desarrolladores es legal, pero eso debería ser más ilegal, porque en realidad es una urbanización, eso no es ser ciudad y no es hacer ciudad.
En estos desarrollos aíslan a la gente, crean estos elementos aislados y en realidad la gente no está integrada.
- ¿A qué le llamas ser ciudad?
Ser ciudad es una cuestión de ser y de pertenecer a un contexto de tu ciudad. El ser ciudad es tener acceso digno a todos los servicios de infraestructura, a todas las condiciones culturales y sociales que deberíamos de tener todos, es un derecho. Pero cuando creas estos asentamientos regulares a la periferia, los estás desvinculando de ser y pertenecer a la ciudad.
El asentamiento irregular se convierte en la oportunidad de estar adentro y una forma de sobrevivencia de la gente de poder decir yo quiero estar cerca y a veces tomo altos riesgos porque mi forma de asentarme es en áreas precarias. Como el caso de aquí de Pueblo Quieto en las vías del tren. Son gente que llegó temporalmente para ir al norte y cruzar (la frontera), pero se han asentado y es muy curioso porque está muy próximo a las áreas del centro de Guadalajara, a colonias adineradas, inclusive.
Es muy interesante porque cuando fueron los alumnos a verlo y entramos en los callejones ellos se dieron cuenta que es mucho más ameno vivir ahí, todas las casas que fuimos a ver estaban las puertas abiertas y todo mundo conviviendo. ¿Eso qué te dice?, en realidad eso es más comunidad que las comunidades que hacemos a veces en los cotos.
- ¿Qué es lo que están haciendo los alumnos en Pueblo Quieto?
Ahorita en esta primera semana están haciendo un escaneo, más que un escaneo es aprender del paisaje que existe ahí, aprender de las condiciones que están ahí. No se trata de erradicar lo que ya está, antes se usaba mucho en los años cincuenta, sesenta y hasta los setenta decir ‘bueno, vamos a limpiar y a organizar el espacio, a hacerlo de una forma organizada', es una concepción errónea.
Pero ahora es encontrar un proyecto adentro y decir qué es lo que necesitan: acceso a escuela, a una biblioteca, a un espacio público; porque ellos lo primero que quieren satisfacer es un techo, pero no existen los otros servicios, entonces lo mejor es encontrar proyectos muy puntuales que den apoyo y darle riqueza a lo que ya tienen.
- Cuando se habla de arquitectura, no es común asociarla a problemas sociales.
La arquitectura no es la respuesta, es simplemente el vaso, es simplemente el contenedor. Es una plataforma que permite que sucedan las cosas.
El cambio (en el caso de Camino Verde) ha sido una mayor integración en la gente, un espacio donde la gente puede llegar a congregarse y comunicarse, un espacio también para decir a las instituciones gubernamentales qué es lo que está sucediendo porque, inclusive, la biblioteca se convierte en un foro, se convierte en la sala, se convierte en un espacio en el que la gente debate, arma una discusión de las polémicas y de las cosas que no están sucediendo bien.
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