¿Qué comemos? Una mirada hacia la soberanía alimentaria
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¿Qué comemos? Una mirada hacia la soberanía alimentaria
El Observatorio del Derecho a la Alimentación ¿Qué Comemos? monitorea, analiza y comparte el estatus del derecho humano a la alimentación en Jalisco. A partir de su trabajo de investigación se buscan medidas para garantizar su cumplimiento.
Gina Falduto
El derecho humano a la alimentación es el más violado en el mundo. Esta es la premisa bajo la cual se trabaja en el Observatorio del Derecho a la Alimentación ¿Qué Comemos?, y esta última pregunta es clave para entender el objetivo de la iniciativa, pues el derecho a la alimentación se viola no solo desde el momento en que una persona sufre de hambre, sino desde el no contar con la información suficiente para tomar decisiones alimentarias adecuadas.
Las acciones del Observatorio, acunado desde el Departamento de Psicología, Educación y Salud del ITESO, buscan abordar la alimentación como un derecho humano y no como una mercancía. De esta manera, su objetivo es investigar, analizar y presentar información sobre los problemas que obstaculizan la plena realización de este derecho en el estado de Jalisco. Pero más allá de ubicar las causas y síntomas presentes en la entidad, desarrollan, mediante la investigación y pensamiento crítico, alternativas sostenibles para la creación de políticas públicas.
El proyecto comenzó a germinarse a raíz del 4º Foro de Soberanía Alimentaria y Nutrición del ITESO, celebrado en 2015 en colaboración con Food First Information and Action Network, pues existía una gran inquietud de monitorear y generar datos sólidos sobre la realización del derecho a la alimentación adecuada en Jalisco. A partir de ese momento comenzaron una serie de esfuerzos institucionales que llevaron a la consolidación formal del Observatorio en noviembre del 2018. Actualmente está coordinado por el Mtro. Paulo Orozco, en conjunto con el Mtro. Ulises Brambila, investigador asociado del ITESO, y la Dra. Leticia Salazar, investigadora de la Universidad de Guadalajara.
Parte de los resultados del proyecto se materializaron en la publicación del Primer Informe del Derecho Humano a una Alimentación Adecuada en Jalisco 2020. En su momento este documento fue socializado con los candidatos a las diputaciones locales, así como a todos los partidos políticos con candidaturas para el cambio de gobierno a nivel municipal y estatal a principios del 2021. Además, con los datos obtenidos existe un trabajo de colaboración con organizaciones civiles para la aprobación de la Ley por el derecho humano a la alimentación adecuada a nivel federal.
El Observatorio ¿Qué Comemos? busca posicionar el tema dentro de la comunidad del ITESO, así como dentro de la agenda pública y vida cotidiana de la sociedad jalisciense. El alcance de las políticas puede parecer abstracto y global, pues varía por los niveles en los que se aplica; sin embargo, el enfoque de incidencia local del observatorio permite la sinergia con proyectos y organizaciones que realicen acciones sustentables concretas.
"Si las políticas públicas no ayudan a posicionar la alimentación con un enfoque de sostenibilidad, no solo entramos a un riesgo alimentario, que es bastante, por carencia o por exceso; sino que estamos en riesgo de subsistencia de la especie", menciona Paulo Orozco, coordinador. De esta manera, las actividades de divulgación se encaminan a pensar de manera global y actuar local, así como orientar la investigación e innovar en las soluciones.
De las recomendaciones compartidas con los funcionarios públicos, hay un expectativa y principal recomendación de direccionar el presupuesto público a políticas que visibilicen a los principales actores de este derecho: productores y consumidores. También se sugieren líneas de acción enfocadas en el acceso genuino a la información, canales más cortos entre actores y atender los modos consumo y producción para contrarrestar el cambio climático.
El papel del Estado está en garantizar los entornos para que estas condiciones sean posibles. Desde cambios estructurales a través del diseño e implementación de políticas públicas, hasta regulaciones a actores que pongan en riesgo el libre ejercicio del derecho a la alimentación.
Para que todo esto sea posible, es también responsabilidad de cada uno el informarse y responsabilizarse de algo que hacemos tres veces al día: comer. Se trata de tomar el control de nuestra alimentación, de las decisiones individuales y colectivas, no dejarla en las manos ni de corporaciones ni del Estado. El acceso a la información y su comprensión de manera consciente permite a la sociedad tomar mejores decisiones y exigir que se haga lo necesario para el bienestar de todas y todos.