¿Le podremos decir adiós al asistencialismo?
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¿Le podremos decir adiós al asistencialismo?
Capacitar mujeres y hacerles entender a las empresas que invertir en proyectos sociales locales les conviene es a lo que se dedica la egresada Macarena Hernández, quien se va becada a la Universidad de Oxford para mejorar su labor.
Enrique González
"Acabar con la pobreza en México" es un muy loable objetivo. En Prospera este enunciado sobrevuela cada una de sus acciones desde que la empresa social, fundada en 2009 por Gabriela Enrigue, empezara a capacitar a mujeres de escasos recursos (hoy más de 7 mil 500 han recibido apoyo) para que tuvieran más y mejores oportunidades de llevar dinero y tiempo de calidad a sus hogares.
Macarena Hernández, egresada de Ingeniería Industrial del ITESO, se integró en 2011 a Prospera unos meses antes de terminar la licenciatura, y hoy es la responsable de su área de Investigación y Desarrollo (I+D).
Ella sabe que si a ese enunciado no se le aborda con investigación, con cifras claras, métricas contundentes y argumentos capaces no sólo de convencer a las mujeres beneficiadas, sino a los sectores industriales y empresariales de este país, seguirá siendo un ideal recubierto de asistencialismo.
"El reto es detectar los problemas de las empresas y las industrias para cuantificarlos y plantearles un proyecto que sí paguen. Eso es lo que hacemos en I+D: estudiar, encontrar los problemas, las razones, cuánto vale ese problema", afirma Hernández.
A la egresada le interesa afinar la metodología de Prospera para detectar a esas empresas e industrias que invertirán en investigación y desarrollo y apostarán por mujeres mexicanas.
Por eso, después de años de insistir e insistir, se va con una beca completa a la Universidad de Oxford, específicamente a la Maestría en Negocios del Skoll Center for Social Entrepreneurship, que pertenece a la Saïd Business School.
Además de su satisfacción por haber sido una de las cinco emprendedoras sociales becadas para este posgrado (las otras son de Bangladesh, Uganda, Reino Unido y una chica de Estados Unidos que labora en África) por una de las mejores universidades del orbe, Hernández sabe que allá se realiza cada año uno de los encuentros más importantes de emprendimiento social en el mundo, donde hará contactos, presentará lo que hace Prospera y se sumará a redes internacionales.
En resumen, la también egresada del Instituto de Ciencias va a las grandes ligas.
En los escritorios de Oxford, Hernández expondrá algunas de las preguntas que se hacen en Prospera: ¿qué caso tiene capacitar mujeres para enviarlas a la industria automotriz (con sus despidos masivos por la automatización) o ayudarlas a poner un negocio de alimentos (si no van a tener los recursos para lograr los niveles de inocuidad que exige la industria)?, ¿cómo encontramos mejores opciones para ellas?
"Las empresas quieren vender más, ya, ‘ahorita', ¿por qué? Pues porque el país se está colapsando, porque nadie piensa a largo plazo, ni empresas ni gobiernos. Entonces todos los proyectos que hacemos tienen que tener ese componente del corto plazo, si no, no podríamos vender nuestros servicios en México. Tenemos que encontrar el equilibrio entre hacer algo tangible que dé resultados ‘ahorita', pero que también tenga un impacto a largo plazo".
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