Amasan un desarrollo alternativo
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Amasan un desarrollo alternativo
Estudiantes del ITESO colaboran con redes y cooperativas que se ocupan de erradicar la pobreza, la violencia, la exclusión y la marginación social.
Judith Morán
En tres horas, María Guadalupe Ibáñez gana casi lo mismo elaborando tostadas que en una jornada completa de trabajo en el campo o como empleada de otro negocio. Además, le queda tiempo para dedicarlo a su familia y a su casa en Usmajac, en Sayula, Jalisco.
Guadalupe es una de las siete mujeres que forman parte uno de los proyectos de economía solidaria que agrupa Axomaxac AC, organización que nació del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Interdisciplinar para el Desarrollo Regional del Sur de Jalisco, que es parte de los trabajos que se realizan desde el Campo Estratégico de Acción en Pobreza y Exclusión (CEAPE) del ITESO.
Estudiantes de carreras como Ingeniería Civil, Ingeniería Financiera, Diseño y Ciencias de la Educación, entre otros, han trabajado desde 2007 en la consolidación de Axomaxac, cuya intención era contribuir a resolver las necesidades de empleo de la gente y generar proyectos productivos, comenta Manuel Sánchez Ramírez, coordinador de este PAP.
Aunque en algunos pobladores de Usmajac había la inquietud de formar una asociación civil, con este PAP se materializó el plan.
El primer proyecto de economía solidaria de la asociación fue la cooperativa Mujeres de Axomaxac. Sánchez cuenta que alumnos de Ingeniería Financiera se encargaron de que tuviera un esquema que les permitiera tener finanzas sanas, mientras que alumnos de Ingeniería Industrial establecieron la distribución del área de trabajo: el molino, los comales, la torteadora y el área de raspado, además de los lugares donde se ponen a secar y a freír las tostadas.
El proceso de elaboración de tostada ya está definido y opera actualmente. Comienza a las 5:30 horas, cuando se muele el maíz; hay dos turnos para tortear y raspar aproximadamente 90 kilos de masa al día. Por la tarde se dora la tostada.
Entre las mujeres se reparten las tareas e intercambian turnos en caso de que alguna tenga alguna dificultad. Aquí se busca que las integrantes puedan laborar en cualquiera de las tareas de producción de tostadas.
"Puedes raspar cuatro cubetas de masa, pero si las torteas acabas cansadísima, el desgaste físico es más torteando que raspando. La idea es que todas sepan, para poder rolar las actividades, y que la distribución del trabajo sea más equitativa", detalla Guadalupe, quien al igual que Rosa Carballo sólo sabía hacer tortillas y la necesidad de ayudar con la economía de sus familias las llevó a la elaboración de tostadas hace más de cuatro años en la cooperativa Mujeres de Axomaxac.
A decir de Rosa, la solidaridad que se vive en este grupo la ha llevado a sus hijos. "Les va uno transmitiendo lo que uno aprende aquí: el cooperativismo para salir adelante como familia", señala.
Jorge Luis Paredes, primer presidente de la asociación explica que en la región "sí hay trabajo, pero es muy mal pagado con todo este modelo económico de depredación de medios y recursos, y nuestra gente lo resiente".
Lo que comenzó como un proyecto para dar empleo con el tiempo ha ido sumando nuevas ideas como asegurar la venta de maíz de los productores locales y sostener la cadena maíz-tostada. Para ello se asociaron con Maízud, una asociación de pequeños productores de maíz.
"La idea es que nosotros tengamos una remuneración digna; también queremos una situación de seguridad social buena para la gente que trabaje, que todos seamos socios, que todos seamos parte de la bonanza", agrega Paredes.
Sánchez comenta que en el periodo Primavera 2015 estudiantes de Ingeniería Financiera e Ingeniería Industrial trabajaron en el fortalecimiento interno, "que las señoras estén capturando ingresos y egresos, tengan una disciplina contable y administrativa para que puedan mantener fianzas sanas y realicen otros proyectos que tienen en mente, entre los que está la posibilidad de tener otra sucursal".
Una asociación paraguas
Una farmacia viviente, un grupo de lombricomposta, una bodega y una parcela son otras iniciativas que integran la asociación civil Axomaxac, que se fundó en 2007, seis años después de que el ITESO comenzara a trabajar en la región con un programa de desarrollo local.
Estos proyectos están en un terreno cercano a Usmajac. Ahí tienen un jardín botánico donde se cultivan plantas medicinales y para la farmacia viviente se instaló una bomba de agua que funciona con energía solar.
En la parcela donde se siembra maíz para consumo humano se cuenta con un sistema de captación de lluvia, baños secos y un horno ahorrador. Paredes señala que lo que se busca es "implementar más enotecnias para que sea un centro demostrativo y, en un momento dado, un rancho sustentable".
"Decidimos que Axomaxac fuera un paraguas que cobijara a todas las cooperativas, porque la experiencia nos decía que cuando una cooperativa funcionaba se iba (de la región)", dice Paredes.
Formalmente, la asociación está integrada por 28 socios, aunque hay personas que trabajan en alguno de los proyectos sin pertenecer de manera oficial. "Hay gente que es socia y no está en ningún proyecto, por la edad, por los tiempos, etcétera, y hay gente que no los consideramos socios y que están yendo, por ejemplo, a la parcela; hay chavalillos que van a chambear por gusto", afirma el también dirigente de la Alianza Ciudadana para el Desarrollo Regional Alternativo (ACDRA-Surja) en Usmajac.
Economía solidaria ¿para todos?
"Nuestro trabajo es que esto se duplique y que más gente se beneficie", señala Guadalupe, quien admite que no es tan fácil que se implementen esquemas de economía solidaria desde la gente que vive en pobreza en México.
"A esos de abajo, el gobierno los tiene acaparados con sus programas de asistencialismo y no te siguen. Como que de repente te cruzas y dices cómo es posible que quieran seguir ahí nomás a lo que el gobierno les da cuando puedes organizarte".
En ello coincide Jorge Luis Paredes, quien fue el primer presidente de Axomaxac. "Lo alternativo es difícil, porque todo el sistema nos dice que no funciona y querer implementarlo es complejo".
- ¿Y por qué seguir cuando todo el sistema dice no?
Porque la esperanza que tenemos nos dice que es el único camino. Mi esperanza es ver un mundo diferente y porque no quiero ver a mis nietos y a las próximas generaciones en este sistema.
Paredes señala que la relación con el ITESO ha sido de ganar-ganar. "Antes hablar de acciones colectivas, de intervención de conflictos para nosotros era muy raro".
Agrega que la relación ha ido más allá de lo académico porque hay alumnos que una vez que terminan su paso por el PAP vuelven a Usmajac a seguir apoyando el proyecto.