El feminismo ha sido una práctica de vida, antes que una teoría
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"El feminismo ha sido una práctica de vida, antes que una teoría"
Marcela Lagarde, especialista en perspectiva de género y derechos humanos, fue invitada al ITESO para impartir talleres a estudiantes.
Adriana López-Acosta
"En México, las mujeres no gozamos de una ciudadanía plena, porque no contamos con el principio básico de la democracia, que es la igualdad", declara Marcela Lagarde, doctora en Antropología por la UNAM y especialista en perspectiva de género, feminismo y derechos humanos.
Lagarde fue invitada al ITESO para realizar talleres dirigidos a estudiantes y profesores. Además, ofreció una charla abierta al público general en el Museo de Arte Raúl Anguiano, el miércoles 29 de octubre por la tarde.
Para la académica, el feminismo no es nacionalista, sino global, además de ser una identidad que se configura en la vida de las mujeres en diversas etapas.
"El feminismo, o pasa por nuestras vidas, o no vale la pena, porque entonces es una causa tan enajenante como otras causas que no prospera".
Su trabajo por la integración de la igualdad de género ha sido diverso, con participación en organismos no gubernamentales, asociaciones civiles, y también en la agenda política del país. Sobre esta última, reconoce que le parece paradójica, dado que ella comenzó su despertar feminista en el movimiento estudiantil de 1968.
"Éramos unas anarquistas, unas ‘insistencialistas'", admite, "¿Cómo acudir ahora a un estado patriarcal, simulador, represivo y violento que no garantiza la vida de las mujeres? Quiero decirles que porque no confiamos es que actuamos, denunciamos, exigimos".
Hay una continuidad de la práctica y las acciones feministas, de organizaciones y tradiciones. "No solamente hemos exigido, también hemos experimentado aquello que hemos exigido. El feminismo ha sido una práctica de vida, antes que una teoría", señaló.
Aunque el feminismo ha estado presente en México casi de manera ininterrumpida desde hace dos siglos, comenzó a tener resonancia a principios del siglo XX, según comentó la antropóloga. Se ha desarrollado desde al arte, por ejemplo, con figuras como María Izquierdo, Frida Kahlo y Carmen Mondragón.
"A veces las feministas logramos avanzar un centímetro… pero qué centímetro", expresó sobre los últimos logros que se han visto reflejados en las nuevas legislaciones en la Ciudad de México.
Las agendas políticas han recogido aquello que han reclamado para las mujeres, como el derecho al aborto por violación, en 2002 (conocida como la "ley Robles"); la sociedad de convivencia en 2006, y la despenalización del aborto durante las primeras 12 semanas de gestación, en 2007. Su experiencia la llevó a colaborar en la promulgación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia ese mismo año.
Uno de los retos del feminismo es el reconocimiento de la autoridad de las mujeres, no entendido como autoritarismo, sino como el reconocimiento de su saber y experiencia que puede servir a los demás. Otro idea que destaca, a manera de conclusión, es el de descubrir el propio goce de la lucha por la igualdad.
"Hablando de tanta lucha y tanta discriminación y tanta exclusión, a veces no hablamos con suficiencia de la dimensión placentera del feminismo; porque no solo hemos sido unas necias apegadas al ‘insistencialismo', sino también al ‘feminismo gourmet'; este es un feminismo que aprecia la estética, la paz, la igualdad y las diferencias, y eso solo lo puede construir cada mujer. Cada quién escoge sus retos y sus desafíos".
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