Revisan el rol de las universidades jesuitas en materias de migración y derechos humanos

Édgar Velasco

En 1985, los rectores de universidades latinoamericanas confiadas a los jesuitas decidieron crear una red que articulara los trabajos de las escuelas. Nacía así la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), que en principio se manejó como una red de rectores y que en 2000 dio el salto a convertirse en una red de universidades.

José Morales Orozco, SJ, rector del ITESO y quien fuera presidente de la Ausjal de 2009 a 2013, señaló que uno de los retos de la asociación es ser conocida por la comunidad universitaria.

Para atender este reto, cada año se realiza el Día Ausjal, que en esta ocasión tuvo lugar el 12 de septiembre pasado y llevó por título "Reflexiones en torno a los derechos humanos y migración en las universidades jesuitas de América Latina". En la actividad participaron Iliana Martínez, académica del Programa de Asuntos Migratorios; Gerardo Pérez, coordinador del Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz, así como Carlos Peralta y David Velasco, SJ, ambos del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos.

Martínez presentó una panorámica del fenómeno migratorio y de la situación de los refugiados en la región.

Explicó que casi todos los países son foco de expulsión de personas, mientras que Argentina y Chile mantienen su condición de países receptores.

La académica añadió que la red jesuita trabaja a través de "centros sociales, universidades y colegios; parroquias, agentes de pastoral y voluntarios; organizaciones de la sociedad civil afines".

Este trabajo, expresó, se cristaliza en tres dimensiones: la socio-pastoral, entendida como la ayuda social y humanitaria; la investigación, que se realiza principalmente en las universidades, y la incidencia pública y social.

Concluyó que los retos para las universidades son "articular el trabajo, lograr peso político, tener capacidad de adaptación y reacción, mejorar la articulación y la difusión y lograr mayor respaldo institucional".

Carlos Peralta hizo un repaso de los foros de derechos humanos que organiza el Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Surgidos en 1994, se trata de uno de los proyectos de más duración y que "dan cuenta de la acción sinérgica de las universidades, ofreciendo respaldo a grupos y personas que trabajan por los derechos humanos. Además, ponen el marco para los pronunciamientos de los rectores y de las instituciones".

El coordinador del Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz destacó que es importante comprender los derechos humanos como productos culturales que son fruto de luchas pasadas y que las "caravanas de migrantes son nuevas formas de rebelión social", por lo que es necesario "trascender las fronteras mentales que sobre el extranjero nos hemos construido".

David Velasco, SJ, desmenuzó la crisis de derechos humanos en el país, reflejada en cifras que, en promedio, arrojan diariamente en el país siete feminicidios, 78 ejecuciones y diez desaparecidos, números a los que se suman los que dejan la tortura, la pederastia y el tráfico de órganos y de personas.

Velasco resaltó que no es normal que se violenten los derechos fundamentales y señaló que es importante que la universidad trabaje más en este problema y logre una vinculación inversa para que "los dolientes vengan".

La red Ausjal está integrada actualmente por 30 universidades en América Latina y tiene por objetivo desarrollar proyectos en común para fomentar el desarrollo integral de sus estudiantes y el crecimiento de la región.